Todo suma, pero no bajemos la guardia

D ía 24 de julio de 2012: la prima de riesgo toca los 638 puntos y el bono a 10 años cotiza a 7,62%. Muchos hablan de la regla 7-500 (bono en el 7%, prima en 500 puntos), nivel que se considera una señal que activa las alertas sobre la posible necesidad de ser rescatado. Pero a pesar de esto, España resiste. El 3 de mayo de 2013: la prima se enfría hasta los 271 puntos y el bono a 10 años se sitúa en 3,96%. Dos mundos parecen separar estar cifras, pero apenas 10 meses han pasado entre una y otra. Varios son los hitos que han permitido que los momentos de máxima tensión se hayan ido diluyendo. El primero y fundamental tuvo lugar el 6 de septiembre de 2012, cuando, tras la reunión del BCE, Mario Draghi aseguró que tendería una mano a los países en apuros en caso de que fuera necesario. No ha sido fácil el camino desde entonces, y aunque la tendencia ha sido a la baja, no hemos estado exentos de momentos de recrudecimiento de las tensiones que nos hicieron sufrir pensando en una vuelta a los fantasmas del pasado. El último capítulo de la historia (que no el final) lo escribe de nuevo el BCE, que ha accedido a rebajar al 0,50% los tipos de interés en su reunión del 2 de mayo, a la vez que asegura contar con un plan para reactivar el maltrecho mercado de crédito. A esto hay que unir el alivio que ha supuesto para España la ampliación por parte de la CE en dos años del plazo para cumplir con sus objetivos de déficit. Pero no nos engañemos. La concesión de la CE viene de la mano de una nueva rebaja de las previsiones para España para 2013 (se amplía la gravedad de la contracción económica hasta el -1,5%), mientras nuestro país cuenta con el dudoso honor de tener la tasa de paro más alta de la Eurozona (27,16%). Indudable es que la mejoría de la prima de riesgo es un descanso para las maltrechas cuentas del Estado y debería mejorar las condiciones de financiación de nuestras empresas. Todo suma, pero no bajemos la guardia: aún hay mucho camino por recorrer.