Política

Acoso sexual

Un control más estricto

La Razón
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Nadie puede permanecer impasible ante actos como los que hemos vivido estos días, cuando ciertos individuos se han ocultado buscando la presunta impunidad que parece suponer el uso de internet para proferir insultos o amenazas o incitar a la violencia ante actos como el asesinato de Isabel Carrasco.

La pregunta que nos planteamos es si el Código Penal actual puede dar o no respuesta a actos como éstos o si es necesario dar una vuelta de tuerca más para evitar que los usuarios de las redes sociales logren esa impunidad. Legislar por razones de oportunidad o siguiendo los postulados de las noticias de los telediarios no suele dar los resultados esperados y, normalmente, los efectos son más perniciosos que beneficiosos. Una vez más, debemos ser cautos.

En mi opinión, el Código Penal actual permite perseguir y castigar dichas actuaciones, bien a través de figuras como la incitación al odio o violencia por motivos referentes a la ideología, bien aplicando los artículos que castigan los delitos contra el honor (injurias y calumnias), la apología de delitos graves como la provocación o proposición, o las amenazas. No tengo ninguna duda de que, en general, existe una especial sensibilidad en jueces, fiscales e investigadores en que actos como éstos deben ser perseguidos y que para ello no se escatiman medios; incluso en momentos de dificultad económica como éste, es imprescindible mantener e incrementar el control del uso de internet por medio de las redes sociales para evitar tales hechos. La cuestión que me surge es que, si la respuesta punitiva que ofrece nuestro Código Penal es suficiente para prevenir hechos similares en el futuro, quizás fuera conveniente un endurecimiento de las penas en casos como éste (el creciente uso de las redes para proferir estas expresiones hace pensar que debe ser así). Pero es necesario un análisis más exhaustivo una vez recuperada la calma. La reforma que se prepara mantiene una especial sensibilidad en esta materia. También parece necesaria una mayor regulación y un control mas estricto del uso de las redes sociales, aunque se me antoja ambicioso. La tecnología avanza mas rápido que el Derecho. No podemos relajarnos, pero no cabe duda de que deben ser los tribunales los que vayan marcando el camino a seguir para poder castigar estos delitos e impedir que se produzcan hechos tan bochornosos como los vividos tras este vil asesinato.