Tribunales
Un testigo señala a la Generalitat como la encargada de pagar los carteles del 1-O
Un empleado de Artyplan confirma que se dividió el trabajo entre tres imprentas para reducir los riesgos de que el material fuera intervenido
Un empleado de Artyplan confirma que se dividió el trabajo entre tres imprentas para reducir los riesgos de que el material fuera intervenido
Por primera vez un empleado de una de las empresas que imprimieron los carteles del referéndum ilegal del 1-O ha señalado a la Generalitat como la institución que estaba detrás de ese encargo, cuyo hipotético pago es clave para las acusaciones para intentar acreditar el delito de malversación que imputan a los ex consellers del Gobierno de Carles Puigdemont que se sientan en el banquillo. La declaración de Enric Mary, comercial de Artyplan, ha dejado en muy mal lugar al testigo que le ha precedido, el diseñador gráfico Enric Vidal, que ha resucitado a "un tal Toni"-el enigmático personaje al que ayer también aludió Francisco Fuentes, ex responsable de Logística de Unipost en Cataluña- para designar al individuo que le encargo que "redimensionara su tamaño"y, posteriormente, llevara a imprimir los carteles de las vías del tren que llamaban a votar el 1-O. Para la Fiscalía, el tal Toni era Antonio Molons, ex secretario de Difusión y Atención Ciudadana de la Generalitat y que está citado como testigo el próximo jueves (aunque su condición de imputado en el procedimiento en el que se investiga el referéndum soberanista en el Juzgado número 13 de Barcelona le permite optar por guardar silencio para no perjudicarse en su condición de investigado).
Vidal ha contado al tribunal que fue él quien le encargó ese pedido y le diolos teléfonos de tres imprentas para llevarlos a cabo. Sin necesidad de identificar al cliente ni saber lo que iba a cobrar, pese al volumen del encargo, se reunió con cada una de ellas tras abrir el archivo que le facilitó su interlocutor y darse cuenta de que llevaba el logo de la Generalitat. Una constatación que de ningún modo le llevó a deducir que se trataba de que era un encargo de la Administración autonómica. "No sabía que eran para la Generalitat. Es un trabajo que me pide un cliente y si yo lo sé y lo puedo hacer, lo hago", ha pretextado en el enésimo intento de requiebro a las preguntas del fiscal Jaime Moreno. "¿Cómo no lo sabía si había visto el logo?", la ha recordado el representante del Ministerio Público. "Yo no lo sé en ningún momento. Lleva el logo y ya está", ha añadido abonando la kafkiana ceremonia de la confusión.
El testigo ha negado también que dividiera el trabajo entre esas tres imprentas para reducir los riesgos de que el material fuera intervenido. Ni siquiera sabía quién iba a recoger esos carteles y del tal Toni nunca volvió a saber. Posteriormente, viendo "las noticias no le reconocí pero supuse que era él". El fiscal le ha recordado que se reunió con el tal Toni para tratar del encargo: "Pero usted le vio en el hotel Colón...". "Veo a muchas personas...", ha replicado. Ni siquiera ha dado su brazo a torcer cuando Moreno ha apuntado que en el móvil intervenido a Molons tras su detención constaban varias llamadas a su teléfono. "Normal, si me ha llamado...". "Es normal si el tal Tony es Antoni Molons", ha zanjado Moreno las elusivas respuestas del testigo.
En lo que más firme se ha mostrado, eso sí, es en rechazar que ese encargo se facturara. "No cobré, ni siquiera lo facturé", ha repetido.
Pero minutos después de que el diseñador gráfico negara que le dijera a Enric Mary, comercial de Artyplan -con quien se citó en una librería de Barcelona para tratar de ese trabajo- que sería la Generalitat la que pagara el pedido, el propio Mary ha ofrecido una versión completamente distinta. "Me dijo que la factura había que girarla a la Generalitat", ha asegurado en referencia a Vidal. "A qué departamento no me lo dijo". Además, ha añadido a preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal, le "comentó por encima"que se dividía el trabajo entre tres empresas para minimizar el riesgo de que la Guardia Civil interviniera el material, como finalmente sucedió días después.
En lo que sí ha coincidido con Vidal es que él tampoco facturó por ese trabajo, cuyo coste ha cifrado en 17.250 euros. "No facturamos, porque no se entregó y el material fue intervenido", ha asegurado. "¿Es habitual aceptar un encargo tan voluminoso sin saber a quién hay que entregarlo ni preparar la factura?", le ha preguntado la fiscal. "Sí, porque venía de un cliente histórico como Òmnium...".
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