
Salud
Cansada, sobrepeso, intolerancias...¿has mirado si tu intestino es permeable?
Muchas personas no logran adelgazar, están siempre cansadas, tienen problemas de sueño, tienen enfermedades autoinmunes. A veces detrás de todo esto está un intestino excesivamente permeable.

Cada día tenemos más información de lo esencial que es nuestro intestino para la salud. Gracias al intestino tenemos un sistema hormonal, sistema inmunológico y un sistema nervioso saludables. Antonia González, bióloga experta en embriología y CEO de Ônet, una empresa dedicada a lograr superar la infertilidad de forma natural y también con consulta nutricional. Un proceso que tiene mucho que ver.
Somos seres integrales, por lo que todo está conectado. Hoy en día ya conocemos al intestino como el segundo cerebro, ya que en él se producen grandes cantidades de serotonina, por ejemplo. En los casos de depresión por déficit de serotonina, además de estudiar otros parámetros, el intestinal debería ocupar un papel importante en el tratamiento de este tipo de pacientes.
Cada día me encuentro en mi consulta pacientes a los que no les “funciona” bien el intestino, ya que con unas cuantas preguntas al respecto podemos empezar ya sospechar de la alteración. Obviamente, para confirmarlo hoy en día hay análisis muy avanzados que nos hacen un mapa perfecto de la microbiota y el estado intestinal.
Dentro de las alteraciones intestinales la más frecuente es el intestino permeable, como se conoce comúnmente, pero no es del todo correcto, ya que el intestino debe ser permeable para que, a través de las paredes, podamos absorber los nutrientes (vitaminas, minerales, aminoácidos…). El problema se produce cuando la pared intestinal está demasiado permeable.
Nuestra pared intestinal está compuesta por unas células, llamadas enterocitos, que está unidas entre sí y esa unión perfecta selecciona qué pasa al torrente sanguíneo y qué no.
Es decir, qué aprovecha de esos alimentos que hemos ingerido. Pero cuando esas células empiezan a separarse más de lo que necesitan, es cuando dejan pasar a la sangre compuestos que son negativos para nuestra salud.
Por ejemplo, patógenos: alimentos no digeridos que crean una reacción al sistema inmunológico. Toxinas… estos compuestos deberían ser expulsado a través de las heces, pero si tenemos esta patología, una parte vuelve a entrar en nuestro cuerpo, creando así un ambiente tóxico.
Normalmente cuando la pared intestinal empieza a funcionar mal, encontramos que se produce una inflamación, que no es visible a simple vista, ni siquiera el propio paciente es consciente, ya que es de bajo grado, normalmente crónica. Y cuando nos damos cuenta, es decir, cuando ya tenemos síntomas, es porque llevamos ya años con el problema.
Tener un intestino permeable nos puede causar, además de esa inflamación crónica de bajo grado, series problemas inmunológicos, ya que tendremos la tendencia a crear anticuerpos ante todo aquello “extraño” que entre a través de él, y por tanto tendremos más probabilidad de tener problemas autoinmunes.
Además, al no tener una buena absorción de los nutrientes tendremos más déficits vitamínicos y de minerales, y los necesitamos para que todo nuestro sistema se “alimente”. También se ha demostrado que este problema intestinal nos genera más alergias, intolerancias…
Y ahí se comete uno de los errores más comunes en la consulta de los profesionales de la salud que no están formados en medicina integral. Hay pacientes que padecen intolerancia a la fructosa, lactosa, gluten…. Y se suelen eliminar los alimentos que provocan la intolerancia y punto. Pero eso no es correcto, ya que primero tendríamos que plantearnos qué es lo que ha provocado esas intolerancias, en este caso, estudiar más a fondo la pared intestinal y todas las bacterias que lo componen.
Es correcto eliminar los alimentos que nos están haciendo daño, por supuesto, pero además de retirarlos, hay que hacer un trabajo de reparación de la pared intestinal, porque muy probablemente cuando todo esté en orden, el paciente ya podrá tolerar este alimento, pero esto siempre debe hacerse bajo la revisión de un profesional integral y poco a poco.
Y la gran pregunta, ¿qué nos genera un intestino más permeable?
Por desgracia multitud de factores, el estrés es uno de los importantes, si una persona tiene un estrés crónico, su intestino va a verse afectado, provocando una alteración de la microbiota y de las células intestinales. La mala alimentación es otro detonante, por supuesto, ya que los bichitos que viven en nuestra mucosa intestinal deben estar bien alimentados, si no lo hacemos esa mucosa cada vez será más fina y finalmente acabará afectando a los enterocitos.
La toma de antibiótico, ya que el antibiótico altera la microbiota, por eso siempre que tomemos antibióticos hemos de plantear la toma de probiótico, para al menos reparar un poco el daño de esta medicación.
Los tóxicos, más de lo mismo, también alteran la pared, y los podemos encontrar en la comida, la bebida, en la ropa, cosméticos, en los muebles de casa, en el aire…. Estamos rodeados, por eso hemos de empezar a cambiar todo lo que nos rodea para bajar la toxicidad en nuestro cuerpo.
Los virus y las bacterias también nos pueden provocar una alteración en la pared intestinal, las hormonas que tomamos a través de la comida o bebida, los xenobióticos (sustancias químicas que tenemos en el cuerpo y que no deberían estar y que además no realizan ninguna función positiva en el organismo), el exceso de ejercicio, la toma de alcohol y por supuesto drogas, el consumo de antiinflamatorios… demasiadas cosas, que además vivimos como “normales” en nuestro día a día, y es justo por esto que se han disparado las consultas de pacientes con este tipo de problema.
Insisto, aparentemente el paciente no reconoce como que el problema lo tiene en el intestino, sino que viene por otra patología (hipotiroidismo, enfermedades autoinmunes, endometriosis, síndrome de ovario poliquístico, migrañas, problemas del sistema nervioso…) y es cuando investigamos el origen de esa patología, cuando descubrimos en consulta el famoso intestino permeable.
Así que mi recomendación al respecto es que si se nos cae mucho el pelo, tenemos estrés, estamos cansados, nos cuesta dormir o nos despertamos varias veces en la noche, tenemos problemas de piel, eccemas, rosácea, alergias, intolerancias, uñas blandas, no vamos todos los días al baño, o vamos todos los días pero las heces son duras o muy blandas, si manchan el baño, si flotan… hay que investigar más, incluso aunque eso que tenemos ya tenga un nombre, porque el origen puede estar en el intestino.
✕
Accede a tu cuenta para comentar