Disciplina Positivo

La educación a largo plazo debe ser nuestro objetivo en la crianza

Solemos repetir patrones de nuestra niñez que en muchos casos se basan en herramientas cortoplacista que no ayudan a los niños a desarrollar habilidades para la vida.

Solemos repetir patrones de nuestra niñez que en muchos casos se basan en herramientas cortoplacista que no ayudan a los niños a desarrollar habilidades para la vida.
Solemos repetir patrones de nuestra niñez que en muchos casos se basan en herramientas cortoplacista que no ayudan a los niños a desarrollar habilidades para la vida.UNSPLASH

La crianza y la educación de los hijos es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. Durante nuestra vida nos formamos en diferentes áreas educativas que creemos que nos van a ayudar en nuestra carrera profesional pero no nos planteamos qué tipo de padres queremos ser o que tipo de educación queremos ofrecer a nuestros hijos. Solemos repetir patrones de nuestra niñez que en muchos casos se basan en herramientas cortoplacista que no ayudan a los niños a desarrollar habilidades para la vida. Si nuestros hijos son el futuro nuestra educación debería ser pensando en una educación a largo plazo.

El principal problema con el que se encuentran los padres son los comportamientos de los niños. Todas las personas, a través de la percepción que tenemos de las cosas y de cómo las interpretamos vamos desarrollando creencias con las que tomamos decisiones, y nuestros hijos también. La diferencia entre los adultos y los niños es que los más pequeños son grandes observadores pero no son tan buenos interpretando, por esta razón toman decisiones equivocadas. Nuestros hijos no se levantan por la mañana con el objetivo de fastidiarnos... y flaco favor les hacemos cuando comenzamos a enjuiciar sus malas interpretaciones y comenzamos a etiquetar a los niños en función de sus comportamientos. Las etiquetas son contraproducentes para el desarrollo de los niños porque les limita a un determinado comportamiento.

¿Por qué una educación a largo plazo?

Nuestros hijos están aprendiendo a vivir y nosotros somos sus entrenadores de vida. Si solo nos centramos en solventar los retos diarios y en tratar de parar un comportamiento determinado ¿qué aprendizaje estará adquiriendo el niño? Cuando nos encontremos ante una mala decisión de nuestro hijo debemos parar un segundo y preguntarnos: ¿Qué quiero que mi hijo aprenda con esta situación? Pensar en una educación a largo plazo nos servirá para:

  • Poder ayudar a nuestros hijos a desarrollar habilidades de vida. Los niños necesitan practicar para poder aprender a vivir. Si nos centramos en el “aquí y ahora” no podrán practicar ni desarrollar habilidades que les sirvan para afrontar los problemas futuros.
  • Aprender que los errores son grandes momentos de aprendizaje. Debemos dejar de penalizar el error y verlo como momentos para aprender otra manera de hacer las cosas. En vez de culpabilizar a nuestro hijo por un mal comportamiento debemos ayudar a descubrir por qué está mal. Su aprendizaje será mayor si nos centramos en buscar soluciones en vez de en castigar el error.
  • Desarrollar en los niños un pensamiento crítico. Si dejamos el pensamiento cortoplacista nuestros hijos podrán tomar parte de la situación. Con un autoritarismo lo único que conseguimos son hijos sumisos y sin criterio pero no desarrollamos en ellos la capacidad de decidir por ellos mismos.
  • Facilitar que nuestros hijos solucionen sus propios problemas. Desarrollar en nuestros hijos un espíritu crítico, darles la oportunidad de equivocarse y de buscar soluciones, hará que aprendan a solucionar los problemas. Desarrollarán habilidades y su cerebro tendrá herramientas para solventar las situaciones que vayan encontrándose en la vida.
  • Que los niños crezcan confiando en si mismos y en sus capacidades. La autoestima se forja a base de confianza. Un niño que crece sintiendo como sus padres confían en él desarrollará una mayor confianza en si mismo.

¿Cómo realizar una educación a largo plazo?

Pensar en el largo plazo no es fácil. Nos encontramos en una sociedad donde priman las prisas y la necesidad de solventar las situaciones nos urge pero el aprendizaje necesita su tiempo. Marisa Moya siempre dice “las prisas en educación son una trampa mortal” y debemos trabajar para no caer en ella y darles a nuestros hijos las mejores habilidades de vida. Para poder desarrollar una educación a largo plazo y dar la oportunidad de aprendizaje a los niños debemos:

  • Dejar que practiquen: Nadie nace sabiendo y los niños necesitan hacer las cosas para poder aprender. No podemos pretender que nuestros hijos no opinen, no cuestionen, tengan una obediencia ciega... pero sin embargo que cuando lleguen a la adolescencia o a la edad adulta sepan tomar decisiones por si mismos. Las habilidades no aparecen por arte de magia, su aprendizaje necesita de practica, de error y de seguir intentándolo.
  • No penalizar: Si cada vez que nuestro hijo se equivoca lo que recibe de nosotros es un grito, un castigo, una amenaza, un chantaje... no querrá volver a intentarlo. El cerebro está programado para evitar las sensaciones desagradables por lo que los niños terminan no haciendo las cosas por miedo a una consecuencia.
  • Buscar soluciones y alternativas: Nuestro hijo debe tener la tranquilidad y la confianza de que puede contar con nosotros. Ante un mal comportamiento debemos transmitir a los niños la importancia de buscar una solución y ofrecer alternativas diferentes. Los límites y las normas son necesarios para los niños pero no tenemos porque dañar o hacer sufrir a alguien para que se cumplan.
  • Pensar en las enseñanzas de vida: Todos tenemos retos diarios a los que enfrentarnos durante la crianza y cómo los abordemos será el aprendizaje que tendrán nuestros hijos. Antes de reaccionar ante una equivocación o un mal comportamiento de tu hijo tómate un segundo, respira hondo y piensa: ¿Qué quiero que mi hijo aprenda de esta situación? Cuando tengas clara la respuesta aborda la situación teniendo en mente ese objetivo. Nada es tan importante de solucionar como para hacerlo dañando a lo que más queremos.
  • Sentimiento de pertenencia: Todos los comportamiento tienen detrás un objetivo, un por qué. Una gran mayoría de ellos llevan detrás buscar el sentimiento de pertenencia. Debemos involucrar a nuestros hijos, que participen y que tomen decisiones. Es la mejor manera de que sientan que forman parte de la familia, que se les tiene en cuenta y que son importantes para nosotros. La familia es el primer grupo al que necesitamos pertenecer.

Rosa Rasche Santaolalla, educadora en Disciplina Positiva para Familias, asesora de crianza respetuosa y autora del blog www.embarazoycrianza.com. También puedes encontrarme en Instagram y Facebook