Educación
La mitad de los niños del mundo siguen recibiendo malos tratos físicos en las aulas
Día Escolar de la No Violencia y la Paz
La ONG Educo denuncia que la mitad de los niños de entre 6 y 17 años viven en países donde está permitido el castigo corporal en los colegios y pide que los países legislen para abolir esta práctica.
No hace mucho en España se educaba regla en mano pero no para medir, sino para usarla como castigo físico. Tirar de las orejas, poner al alumno de rodillas o, simplemente, reírse de él con unas orejas de burro. Actos impensables hoy día en nuestro país en las aulas pero que siguen sucediendo en muchos países del mundo.
Aprovechando la celebración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, el director general de Educo, José María Faura, quiere denunciar el terrible hecho de que "la mitad de los niños de entre 6 y 17 años viven en países donde el castigo corporal en el colegio no está completamente prohibido, según datos de Unicef. Estamos hablando de más de 732 millones de menores de edad".
Según Faura, el castigo corporal, ya sea en la escuela o en el ámbito familiar, tiene graves consecuencias en el desarrollo de los más pequeños, y no solo a nivel físico. "Los niños maltratados pierden la autoestima. Además, al haber crecido en un entorno violento, tienen más probabilidades de usar la violencia en su vida cotidiana cuando sean adultos. Asimismo, empeora su capacidad de aprender y de comunicarse pacíficamente con sus compañeros de clase, lo que implica un mayor fracaso escolar”.
Berna Iskandar, periodista venezolana especializada en temas de crianza cree que volvemos siempre sobre lo mismo. “Yo digo: que levante la mano quien esté de acuerdo con el maltrato infantil”, y nadie la levanta. Obviamente. Pero luego cuando digo, “ahora, por favor, que levante la mano quien esté de acuerdo con el cachete a tiempo para disciplinar”, y entonces más del sesenta por ciento del auditorio apoya la moción. Así suelen iniciar las charlas sobre crianza libre de violencia que dicto en Venezuela. Sin duda, una prueba de ácido infalible para poner en relieve la visión sobre la infancia que sostienen determinados colectivos. Ciertamente hemos logrado considerables avances tecnológicos, científicos y en materia de derechos humanos, pero la mayoría de los adultos, aún ni ven ni tratan a los niños como sujetos plenos de derecho. Y no hablo sólo de padres y madres que están de acuerdo con golpear a sus hijos, sino también de especialistas como pediatras, psicólogos, jueces... quienes validan el castigo físico y otra ristra de tratos que, por principio, considerarían inadmisibles hacia cualquier adulto.
En España está prohibido el castigo físico en las aulas pero buena parte de la sociedad sigue aceptando como válido pegar a un niño para corregirlo con un “cachete a tiempo”. Consideran que es una forma eficaz de corregir y disciplinar al niño sin tener en cuenta que pegar es utilizar la violencia del más fuerte sobre el más débil. Por supuesto son padres que desean que en el futuro sus hijos no sean violentos. Pero que justifican su propia violencia tal y como se señala siempre en las consultas de psicólogos.
Para Berna Iskandar “no existe ninguna diferencia. Pegar a un niño no tiene justificación alguna. Si no somos capaces de encontrar un lugar emocional desde donde sentir que pegarle a nuestro hijo o hija en cualquier circunstancia, con cualquier intención o intensidad, es maltrato y es violencia, entonces necesitamos buscar ayuda”.
En el año 2010, según Save The Children, las leyes de 168 países del mundo todavía permitían el uso del castigo físico en el hogar. No es mucho lo que ha cambiado desde entonces. Incluso en algunos países que lo prohiben legalmente, poco lo sancionan y propugnan la vertiente legal y psicológica que establece diferencia entre castigo físico y maltrato, según sea la intensidad o la intención con que se golpee a un pequeño o a un adolescente”, explica Iskandar..
Por ello, Educo apuesta por "aprobar leyes en las que se prohíba explícitamente el castigo corporal a menores de edad". La ONG también reclama una mayor implicación de los gobiernos para sensibilizar tanto a profesores como a padres y madres sobre sus consecuencias negativas. Actualmente, Educo trabaja en las escuelas de Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Senegal y Bangladesh promoviendo una educación sin violencia en las aulas. La ONG asegura que la eliminación del castigo corporal en los colegios supone una mejora en la conducta de los alumnos, que aprenden a relacionarse pacíficamente con sus compañeros, además de participar más en clase y de mejorar sus resultados.
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