Viaje y gastronomía
Estas son las mejores tascas de Galicia para perderse durante la Operación Salida de agosto
Entre atascos y prisas, el verano invita a desviarse: estos cinco lugares son el mejor antídoto contra el estrés del volante
La Operación Salida de agosto convierte las autovías en ríos de asfalto colmados de coches impacientes. Solo en este primer fin de semana, la DGT prevé casi 7 millones de desplazamientos veraniegos. Pero entre atascos y prisas, Galicia invita a desviarse del camino. ¿Por qué no hacer de la propia ruta unas vacaciones en sí mismas? En vez de vivir la carretera como un simple trámite hacia la playa, muchos viajeros descubren que parte del encanto está en perderse, literal y de modo metafórico, en tascas auténticas.
En estas tabernas el tiempo parece ir más lento y el viajero puede sumergirse en la esencia gallega: vino albariño, tapas caseras y conversaciones bajo paredes de piedra. A continuación, proponemos un recorrido por algunas de las mejores tascas de Galicia, repartidas por distintos rincones de la comunidad. Cada una podría ser una parada para saborear Galicia durante el viaje.
O’Secreto (A Coruña)
En el corazón de A Coruña, cerca del puerto, O’Secreto combina el sabor de las antiguas casas de vino con el refinamiento de una carta enológica de altura.
Fundada sobre los restos de una bodega de los años treinta, esta taberna conserva el alma popular de entonces. Su mayor tesoro: una bodega con más de 1.500 referencias de vino de todo el mundo, con protagonismo de los gallegos. El trato es próximo, la clientela fiel, y las tapas mezclan sencillez con calidad.
Perfecta para una parada entrando o saliendo de A Coruña por la AP-9.
Os Arcos (Dena, Meaño – Pontevedra)
En el Salnés, esta tasca también conocida como “a dos barrís” es todo lo que promete el nombre: barriles, taburetes y sabor.
No hay mesas, no hay carta digital ni cocina moderna. Apenas una pizarra escrita a tiza que anuncia jamón, cecina, quesos, lacón cocido, conservas o pan gallego. Aquí se pica, se brinda en taza y se charla sin mirar el reloj.
Las valoraciones la definen como un refugio sin artificios, donde el tiempo parece suspendido. Y a veces, con suerte, la noche termina con cantos de taberna espontáneos.
Desvío breve desde la AG-41, entre Cambados y O Grove.
Tasca Típica (Noia, A Coruña)
En plena plaza del Tapal, en un pazo gótico del siglo XIV, se esconde esta tasca que parece salida de un cuento medieval. Arcos de piedra, techos de madera, decoración histórica y una cocina que honra los productos del entorno.
Especialidades como la empanada de berberechos, los moluscos de la ría de Muros-Noia o los clásicos lacón con grelos y pulpo á feira conviven en una carta tradicional, con raciones generosas. Muchos foros la destacan por su ambientación única y por la honestidad de su propuesta.
A media hora de Santiago por la AG-56, o en ruta hacia las rías de Muros y Noia.
Taberna Rabuda (Vigo, Pontevedra)
Abierta en pleno centro de Vigo, Taberna Rabuda aúna lo mejor de las casas de comidas de siempre con una mirada contemporánea.
Inspirada en la figura de la bisabuela de una de sus propietarias -la “rabuda” que da nombre al local-, este espacio rezuma calidez, familiaridad y cocina con mimo.
En carta, un repaso a lo mejor de la tradición española y gallega: tortilla jugosa, gildas, croquetas, frituras, y platos propios como sus volandeiras con cecina y mantequilla tostada, aplaudidas por crítica y público. Cada domingo, el cocido gallego en tres vuelcos es ya un ritual entre los vigueses. Fue distinguida con un Solete Repsol y no es para menos.
Accesible desde la AP-9, en plena entrada urbana de Vigo.
O Gato Negro (Santiago de Compostela)
La más veterana del grupo, y quizás la más mítica. O Gato Negro es la tasca más antigua del casco viejo de Santiago, situada a pocos pasos de la catedral.
Aquí el bullicio es constante: se comparte mesa, se pide en voz alta y se brinda con vino ribeiro en taza. Pulpo á feira, pimientos de Padrón, queso de tetilla, empanadas caseras de xoubas o de pulpo, y mariscos del día.
Todo se sirve rápido, bien hecho, sin florituras. Es un rincón auténtico, donde peregrinos y compostelanos se funden en una celebración diaria.
Desvío muy recomendable si se pasa cerca de Santiago por la AP-9.
Porque a veces, lo que convierte un viaje en inolvidable no es el destino final, sino esas paradas inesperadas donde todo parece alinearse: el hambre, el paisaje y la conversación.
Estas cinco tascas gallegas son mucho más que sitios donde comer: son puntos de fuga, espacios en los que uno puede reencontrarse y descansar antes de proseguir con su camino. Así que este agosto, cuando mires el mapa, no busques sólo la salida. Busca también un lugar para perderte.