
Relaciones
Siete de cada diez gallegos, hartos de que su pareja prefiera la pantalla a su compañía
Uno de cada cinco reconoce haber fisgoneado en las redes de su pareja y un 30 % ha ligado alguna vez a través de apps

Si en casi toda historia de amor existe siempre un tercero en discordia, en Galicia este ya tiene nombre: el smartphone. Según el estudio “Amor por la tecnología” elaborado por PcComponentes, más del 70 % de los gallegos afirma sentirse molesto porque su pareja pasa demasiado tiempo mirando el móvil cuando están juntos.
La cifra se dispara entre los más jóvenes: un 43 % de los menores de 35 años ha impuesto directamente reglas para limitar el uso del teléfono en pareja, desde apagarlo hasta dejarlo fuera del dormitorio.
El informe, que ofrece una amplia imagen de cómo la tecnología se ha colado en las relaciones humanas, acerca datos tan reveladores como inesperados: por ejemplo, uno de cada cinco gallegos reconoce haber fisgoneado en las redes sociales de su pareja. Cotillear con disimulo, revisar a quién sigue o qué publica es una práctica mucho más común entre mujeres que hombres, y encuentra su pico entre los gallegos de entre 35 y 44 años.
La paradoja, sin embargo, es que el teléfono móvil también se ha convertido en una herramienta de convivencia: un 15 % ya usa aplicaciones para coordinar la vida en pareja, con calendarios compartidos y listas conjuntas que lo mismo sirven para la compra que para planear una cita.
Además, un 30 % de los gallegos reconoce haber ligado alguna vez a través de apps, dato que asciende hasta el 38 % entre los menores de 25 años. El amor digital, al parecer, también tiene match en Galicia.
Del aire acondicionado a la televisión
Y si el smartphone es fuente de tensión emocional, el aire acondicionado lo es de tensión eléctrica. En plena ola de calor, el 30 % de los gallegos asegura discutir por culpa de su consumo energético.
En contraste, la televisión se convierte en un inesperado agente de paz doméstica: un 56 % de los encuestados afirma que ver la tele juntos mejora la convivencia, y hasta un 28 % pelearía por quedarse con ella en caso de ruptura. El robot aspirador es otro de los objetos de deseo posruptura.
No todos los dispositivos gozan de igual popularidad. La plancha, por ejemplo, se lleva el título de “electrodoméstico más odiado de Galicia”, especialmente entre los jóvenes, donde el rechazo supera el 80 %. En el lado opuesto están el frigorífico, el ordenador y la televisión, considerados los imprescindibles del hogar.
Más allá de las relaciones personales, el estudio refleja una creciente preocupación por el gasto y la eficiencia energética. La mayoría de los gallegos prioriza el bajo consumo a la hora de comprar tecnología, especialmente las mujeres, que en un 52 % valoran esta cuestión por encima de otras.
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