Gastronomía

Los hosteleros se rebelan

Piden modificar los ERTEs, una incorporación progresiva de los empleados a los restaurantes y, además, ampliar los aforos para poder sobrevivir una vez comience la desescalada y puedan abrir sus locales

Terraza de un restaurante de la Plaza Mayor de Madrid
Terraza de un restaurante de la Plaza Mayor de MadridHanSanLa Razón

Los bares y restaurantes ya conocen las fechas para iniciar la actividad tras el estado de alarma, provocado por el Covid-19. No se trata de fechas cerradas, pero sí aproximadas. Una desescalada asimétrica, de modo que el paso de una fase a otra estará determinada por unos marcadores que dirán cuando un territorio puede avanzar a la siguiente. Así, la cero, que comienza el 4 de mayo, permitirá abrir los locales para ofrecer un servicio de comida para llevar (“take away”) y que se podrá entregar a domicilio. En la primera, se pondrán en marcha las terrazas, en principio al 30 por ciento de su aforo, mientras que en la segunda, a partir del 26 de mayo, abrirán sus puertas los restaurantes y hoteles a los que se podrá acceder al interior con un tercio de su ocupación. Y, en la siguiente, quince días más tarde, a partir del 10 de junio, se ampliará el aforo al 50 por ciento. La última fase será a partir del 25 de junio, que es cuando recibiremos la famosa “nueva normalidad”.

Unas medidas que, sin embargo, han indignado a los hosteleros. Tanto es así, que su portavoz José Luis Yzuel, ha afirmado que “es absolutamente inviable hablar de utilizar el 30 por ciento del aforo en las terrazas desde todo punto de vista, porque no da ni para pagar la luz." Asimismo, el presidente de Hostelería España califica de "tomadura de pelo que puedan hablar de desescalada, de días de apertura y de condiciones sin haber comunicado ninguna de las medidas que les hemos pedido para seguir vivos en este sector”, continúa al tiempo que lanza varios interrogantes: “¿Cómo podemos abrir sin conocer en qué situación se van a quedar los ERTEs, si se ha derogado definitivamente esa cláusula que habla del mantenimiento del empleo durante seis meses, si se va a meter mano a los alquileres que están asfixiando a muchas empresas, si se van a crear productos de financiación para los pequeños establecimientos, que no han recibido ayuda alguna? La hostelería, por dignidad, no va a abrir si no se aclaran estas condiciones que necesitamos para seguir vivos”.

Dicho esto, Hostelería España, que representa a los restaurantes, bares, cafeterías y pubs de nuestro país, ha lanzado un comunicado en el que los hosteleros afirman que “necesitamos garantías para volver a la actividad de manera que se salvaguarde la subsistencia de los negocios. El plan de desescalada anunciado genera mucha preocupación en el sector, por la falta de medidas que lo complementen y que permitan una certeza en la continuidad del funcionamiento de sus negocios, con su actividad normal seriamente afectada”. Si el Ejecutivo no aclara algunas de las medidas adelantadas y que para ellos son confusas, como el porcentaje de la reducción del aforo de las terrazas, con las condiciones de reapertura anunciadas,el cierre de establecimientos podría ascender hasta el 30% (alrededor de 85.000 locales). Dicho esto, el sector, según un comunicado, necesita que el Gobierno establezca una serie de condiciones en relación a los ERTES. Porque, en primer lugar, es imposible mantener las cifras de empleo anteriores a la crisis durante los seis meses siguientes a la reapertura con las condiciones de la ‘nueva normalidad’ en un sector que presenta graves dificultades para mantener el empleo, cuya actividad es muy estacional y cuyos negocios se van a ver duramente afectados, además, por la bajada del turismo y asociado a las condiciones de aforo anunciadas. Por eso, necesitan saber cómo van a funcionar los ERTEs y su flexibilización manteniendo la circunstancia de fuerza mayor en la reincorporación progresiva de los trabajadores. Habría que concretar varios asuntos que ya hemos solicitado en varias ocasiones al Ministerio de Trabajo, como en qué términos se realizará el mantenimiento de dichos ERTEs.

Asimismo, piden otra serie de garantías económicas, como las exenciones fiscales y de tasas municipales, además de las líneas de financiación, que continúan siendo insuficientes: “Por otro lado, no disponemos aún de una guía que permita aplicar las medidas higiénico sanitarias, las cuales aún desconocemos”. También, solicitan al Gobierno disponer de los EPIS e hidrogeles necesarios para que los más de 300.000 establecimientos de hostelería puedan retomar la actividad a partir del 4 de mayo: “Sin todas estas medidas, no vamos a poder contar con un periodo de ajuste que nos proteja de la caída de actividad y empleo, lo cual desembocaría en el cierre de miles de establecimientos”. En definitiva, Hostelería de España, que representa a los restaurantes, bares, cafeterías y pubs de nuestro país, advierte de que el proceso de desescalada debe acompañarse de varias medidas laborales, fiscales y sanitarias o el cierre de locales hosteleros podría ascender al 30 por ciento.

Los Roca unos de tantos empresarios y cocineros que han aplicado ERTEs sobre los 145 profesionales, que trabajan tanto en El Celler de Can Roca, como en las distintas heladerías Rocambolesc, en el recién inaugurado hotel con obrador y espacio de degustación, que es Casa Cacao, y en el espacio de eventos Mas Marroch, que resurgirá como un restaurante en el que los cocineros ofrecerán recetas tradicionales catalanas. Tal reconversión la realizan con la intención de regresar al panorama gastronómico nacional con todo el equipo: “Nosotros tenemos los huevos puestos en diferentes cestos, cada uno con una historia totalmente distinta. Por eso, somos conscientes de lo difícil que es hablar de la diversidad de necesidades que pueden tener los locales, porque cada uno tiene unas circunstancias muy particulares. Intentamos visualizar qué va a pasar, si podremos quedarnos con todo el equipo. Por eso, hemos empezado a buscar soluciones y una de ellas es convertir el espacio de eventos en un restaurante para recolocar a la parte del equipo que no vayamos a necesitar en El Celler al no trabajar al máximo rendimiento y tener que reducir en él el aforo”, continúa Joan, quien considera como la mejor ayuda el poder mantener el ERTE más tiempo, “pero dudo que lo consigamos, porque al final se trata de que el Estado vuelva a generar recursos para detener el alto nivel de endeudamiento”

Por su parte, Ángel León, cocinero y propietario de Aponiente y de la Taberna del Chef del Mar, también se vio obligado a hacer un ERTE en cuanto el estado de alarma comenzó y tuvo que cerrar sus establecimientos. Él, aún visualiza dos escenarios: “uno, en el que el Estado baje el estado de alarma y las nóminas nos caigan a todos. Este lo visualizo con mucho miedo, porque piensa que yo tengo 66 nóminas y en mi caso todas las reservas han caído. Me imagino pasándolo muy mal e, incluso, valorando cuánto va a costar cerrar lo antes posible y cumplir lo que me pida el Estado para renacer en 2021 de la forma que Dios me deje. En el segundo, quiero ver al Estado con la inteligencia que creo que debe de tener para no destruir el gremio de la hostelería. Me refiero tanto a un bar, a un bar de copas o un restaurante del estilo que sea. Imagínate, que del cien por cien de mi plantilla, puedo regresar con el 60, mientras un 40 se queda en el ERTE. Un mes más tarde, un diez por ciento más del personal, se reincorpora y al siguiente, otro 20, por ponerte un ejemplo, y así hasta que todo el equipo regrese a mi casa y salvemos el momento”.