Gastronomía

El Puntal, rabas y bocartes que merecen un desembarco

El chef de El Cenador de Amós siente predilección por este lugar, de visita obligada, al que hay que llegar por mar

JESÚS SÁNCHEZ, TERRAZA AMÓS
JESÚS SÁNCHEZ, TERRAZA AMÓS LR

La playa de El Puntal está situada en la localidad de Somo, en Ribamontán al Mar, y se encuentra dentro del espacio de las Dunas del Puntal y el Estuario de Miera. Pasar el día en ella es el planazo del verano para todo santanderino, para quien acostumbra pasar sus vacaciones en la zona y para esos recién llegados hambrientos de una de las excursiones obligadas . Lo es más si ha reservado en el chiringuito, que ya es un clásico, que nos recomienda Jesús Sánchez y que luce un Solete Repsol. El plus es que hasta él hay que llegar en barco, ya sea en uno particular, de amigos o en la embarcación «puntalera» de los propietarios del espacio. Cierto es que en Cantabria no hay chiringuitos para elegir, pero este que ocupa estas líneas es el preferido del cocinero de El Cenador de Amós (cenadordeamos.com), en Villaverde de Pontones, porque, confirma, se come realmente bien: «En verano, soy muy de ensaladas para luego seguir con un pescado a la brasa», dice. En temporada, en su tierra las sardinas son las reinas absolutas.

Un servicio dinámico

La visita a este enclave hay que planearla, porque la mesa hay que reservarla y en verano todas son horas punta. El aperitivo es religión y desde ese momento se respira un aroma a mar fascinante. Una cerveza bien fría es su bebida por excelencia para refrescarse un día de calor o de verano norteño. Para acompañarla, nada mejor que una de rabas, tan clásicas, otra de bocartes y dejar siempre sitio a las anchoas y a los caracolillos. Las zamburiñas, el tartar de bonito, de pulpo, o éste a la plancha, entusiasman a locales y a foráneos, que no se perdonan varias visitas al espacio, al que se accede por una pasarela verde, y en una de ellas el homenaje de percebes es obligado.

Como platos fuertes, el tres estrellas Michelin y tres Soles Repsol nos habla de los espléndidos pescados a la parrilla. La lista la encabeza el besugo y le sigue de cerca el lenguado, el jargo, la lubina, el machote, el rodaballo, el rape y la merluza. Joyas del mar que el propietario del chiringuito adquiere en la lonja esa misma mañana para que el comensal las disfrute en todo su esplendor. Ahí radica el éxito del lugar la frescura del producto, porque es de largo lo que más valora el comensal, que busca comer esas materias primas plenas de un sabor que la ciudad es difícil de encontrar.

La cercanía al mar, que cuente con unas instalaciones adecuadas y que las materias primas que llegan a la mesa estén ricas y bien tratadas es lo que demanda Jesús a un chiringuito, además de que sea divertido. Más que nada porque lo que le gusta es «levantarme de la arena después de una mañana en la maravillosa playa o desembarcar con un grupo de amigos y tener la mesa reservada en la que disfrutar de un almuerzo apetecible en un sitio en el que siempre te encuentras a gente conocida», asegura al tiempo que reconoce que la idea es «comer a un ritmo ameno para volver enseguida a la playa, así que en un chiringuito es fundamental que el servicio sea rápido, eficiente y agradable, dirigido por profesionales amables y cercanos, adjetivos que son trasladables a cualquier concepto gastronómico», concluye el cocinero inmerso en la temporada de su casa de Villaverde de Pontones. Recuerden «Martes con mi viejo profesor», de Mitch Albom, es el libro que nos conseja para leer en la arena y con el ruido de las olas de fondo.

Su recomendación: rabas, maganos y bocartes. Entre los pescados, el besugo a la brasa

JESÚS SÁNCHEZ
JESÚS SÁNCHEZLR

►Dónde:

Playa de El Puntal.

►Precio medio: 40 euros.

►633 38 05 82.

►@chiringuitopuntal