Bigote se rapa el ídem y se muerde la lengua

Los reporteros que aguardaban desde el pasado sábado su llegada a Madrid, en un vuelo procedente de Londres, se han quedado con un palmo de narices. Edmundo, ya sin bigote, llegaba a la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid cargado de equipaje y con pocas ganas de hablar.

Para evitar abordar la polémica, Edmundo ha optado por hacerse el tonto y no, el gracioso. Así ha conseguido no responder a los mil y un interrogantes que ha planteado su sorprendente e inesperada ruptura con Maria Teresa Campos. Su silencio, obviamente, tiene un precio y no será barato. Revistas y programas de televisión negocian con él desde hace semanas, con el objetivo de obtener sus primeras declaraciones sobre los motivos que le impulsaron a poner punto y final a su historia de amor con la Campos.

Siempre educado y manteniendo las formas, Edmundo ha asegurado no estar al tanto de la polémica que ha generado su separación de la veterana periodista. Tampoco, dice, ha leído las entrevistas que sobre este asunto han concedido Maria Teresa Campos, Carmen Borrego y el sinfín de amigas especiales que se han apuntado al carro y aparecido en diferentes medios.

Tampoco ha querido pronunciarse sobre cuándo y cómo recogerá las muchas pertenencias que aún mantiene en la mansión de Maria Teresa. A juzgar por el voluminoso equipaje que le acompañado durante los casi dos meses que lleva fuera del hogar que antes compartía con Maria Teresa, no le corre prisa. Cuatro maletas, dos de considerables proporciones y dos troley le han acompañado durante su viaje a la capital de Inglaterra, dónde se ha refugiado en la casa de su hijo. Allí, ha vivido en una burbuja alejado de toda polémica y sin preocuparse por todo lo que se ha dicho y escrito de él tras hacer público la matriarca de las Campos que la relación había finalizado.

Edmundo, que según Beatriz Cortázar, viajó en Business a pesar de que "él es muy ahorrador y suele buscar billetes baratos por internet. Edmundo no se ha relacionado con el resto de viajeros-ha asegurado la colaboradora de Ana Rosa Quintana-se ha mantenido apartado de la gente y ha utilizado la sala VIP para estar más tranquilo. Me han comentado que cuando aterrizó en Madrid miró las pantallas y estuvo fijándose en un vuelo que llegaba de Santiago de Chile casi a la misma hora que el suyo”.

Su forma de romper la relación, por WhatsApp y a distancia, ha generado malestar y dolor en el clan Campos. Teresa aún no ha asimilado que el hombre con el que ha convivido durante seis años, no haya sido capaz de decirle adiós mirándole a la cara. Un reproche más que lógico al que tendrá, antes o después, que hacer frente Arrocet al igual que a los rumores de infidelidad que le persiguen desde hace años y que ahora se deslizan como la verdadera causa de la ruptura.

Será mañana, en un acto que tiene programado en Fitur cuando Bigote, que ha sido contratado como “imagen”, una modalidad de contratación en la que el famoso no está obligado a responder a preguntas relacionadas con su vida privada, vuelva a lidiar con los periodistas. Bigote posará ante los medios y con casi total seguridad, volverá a escabullirse para no responder a las preguntas de la prensa referentes a su polémica separación de "Teresita”.

Nadie duda que el humorista, al igual que su ex y el resto de las Campos, no hablará sin sacar su tajada del pastel. Aquí quién no corre, vuela.