Mal de amores: Agatha, María Teresa y Estefanía, en modo drama

Miércoles. ¿Y qué pasa los miércoles? Pues que mientras el camarero me trae mi café con leche, yo voy sacando las revistas del corazón. Soy animal de costumbres.

Empiezo por ¡HOLA!, más por tradición que otra cosa. Una antes reservaba el ¡HOLA! para un momento especial, con tiempo, con sosiego. Para disfrutarlo. Porque sabías que ibas a soñar. Que encontrarías princesas, castillos, segundas residencias en islas tropicales, vestidos que costaban lo que ganabas en tres años… Ahora nada más cogerlo te aparece Ágatha Ruiz de la Prada, que se ha hecho un lío con el fular y se lo ha puesto raro, diciendo que echa de menos a Luismi pero que espera no verlo. Eso se lo puedo escuchar yo decir a la del cuarto, con el pañuelo también hecho un gurruño al cuello, con más gracia y algún improperio. Así una ya no puede soñar. No quiero ser la vecina del cuarto con un lazo mal hecho. No queremos que la portada de ¡HOLA! se parezca a nuestro patio de vecinas. Queremos que se parezca al Baile de la Rosa. Alguien tenía que decirlo y mira, ya está dicho.

Nos trae también a Leonor y Sofía, muy monis en la apertura de Las Cortes, y el “elegante y solemne” funeral por Doña Pilar. Me quedo tranquila si fue “elegante y solemne”. Imagínate que llega a ser “jocoso y churrigueresco”. No. Mucho mejor elegante y solemne, dónde va a parar.

A ver qué se cuece en DIEZ MINUTOS.

María Teresa Campos (¡sí!) sigue tristísima después de que Edmundo la dejara malamente (tra trá). No sé si es que en la senectud se llevan peor estas cosas, pero este duelo está durando mucho. Como bien dijo ella misma “que se acabe Edmundo no significa que se acabe el mundo”. Venga, Maritere, que en peores plazas hemos toreao. Lo que necesita la Campos es que la saquen de copas hasta perder el conocimiento. Las rupturas se han superado así de toda la vida: con un resacón que dure cuatro días. Lo recomiendo muy fuerte.

Rocío Carrasco dice “nunca he hablado, hasta que decida hacerlo”. Es una de esas frases que te quedas pensando si estás ante un genio que acaba de lanzar un concepto filosófico que no alcanzas a comprender en toda su amplitud, o si en esa cabeza hay instalado un mono con platillos y la mirada vacía. Repetidla conmigo: “Nunca he hablado, hasta que decida hacerlo”. Claro. Y no llueve hasta que lo hace. Rocío, hija, de verdad, para esto más vale que no.

Nagore y Sandra vuelven a ser pareja, así que todo bien. Saco mi móvil y voy a google. Un segundo, que en esta terraza la cobertura es regulera. Me lo temía: exconcursante de GH. Un día de estos calculo el porcentaje de exconcursantes en la prensa del corazón. Cuánto te echamos de menos, Carmina.

Leonor, muy mona.

Confío en ti, LECTURAS.

Pues no. Concursante en la portada. Estefanía, de La Isla de las Tentaciones, que lo está pasando fatal. Un drama.

El juez desestima la demanda de Rocío Carrasco contra Olga, la mujer de Antonio David, por atentar contra su honor. Yo, si fuera ellos, ya me habría comprado un apartamento cerca del juzgado. Por ahorrarme viajes. Qué trajín.

Mila y María Teresa Campos, que en DIEZ MINUTOS tenía los ojitos morados de tanto sufrir, se han reconciliado. No como Alicia Senovilla (que ahora os digo quién es, dejadme respirar) y Belén Esteban, que la segunda no le ha agradecido a la primera lo que hizo por ella. Qué críptico todo ¿no? Hola, google, he vuelto. Vale, atentos. Alicia Senovilla es la primera periodista que entrevistó a Belén Esteban. Ojo cuidao. Allá por el pleistoceno. Cuenta que en esa primera entrevista dijo que era la primera y la última vez que hablaba de Jesulín. Veinte años lleva sin parar.

En SEMANA, Iker y Sara vuelven a sonreír. ¿Soy yo o es tendencia hablar de los personajes del cuore sin apellidos, por el nombre de pila? Como si fueran el vecino. Yo creo que esto tiene que ver con lo que os decía al principio, se nos ha plebeyizado el famoseo y esto ya no es lo que era.

Eva González confía en Cayetano. Muy bien hecho. Como diría Rocío Carrasco, que sale también aquí con su filosofía new age, “una confía hasta que decide no confiar”.

Y termina con Gabriela Arrocet, agarrada a una guitarra, que cuenta cositas sobre las Campos en una entrevista. Mira, pues esta ruptura igual le sale a alguien a devolver. No nos quedemos solo con lo malo.