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Ana Obregón lo deja todo para estar con su hijo en Barcelona

Su hijo Álex se someterá en los próximos meses a un nuevo tratamiento contra el cáncer

Álex Lequio, en una imagen de archivo con su madre Ana Obregón / Gtres
Álex Lequio, en una imagen de archivo con su madre Ana Obregón / Gtreslarazon

Solo los más íntimos saben lo que se le está pasando por la cabeza a Ana Obregón en los últimos días. El cáncer que padece su hijo Álex no experimenta la mejoría que ella y los médicos esperaban. Y vuelve la preocupación familiar, a la vista de las circunstancias.

Como ya adelantamos ayer en esta misma web, Alex tendrá que residir durante tres meses en Barcelona para someterse a un novedoso tratamiento importado de Estados Unidos. En el hospital madrileño donde llevaban su caso decidieron que se trasladara a la Ciudad Condal, porque, según parece, era lo mejor ante ciertas complicaciones en su estado físico. Y en el centro sanitario de Barcelona cuentan con medios más sofisticados y modernos que en Madrid. Evidentemente, los padres del paciente, Ana Obregón y Alessandro Lecquio, estuvieron totalmente de acuerdo desde el primer momento con la decisión de los doctores de la capital de España.

Y al igual que ocurrió cuando Alex permaneció en Estados Unidos, será Ana la que no se separe de su hijo, y el italiano irá a verle todas las semanas.

Obregón ha dejado aparcados todos sus proyectos profesionales hasta que su hijo mejore. Esta misma semana tenía previsto comenzar los ensayos de una obra de teatro, “Falso directo”, que supondría su regreso profesional en abril tras una larga ausencia, acompañada en el reparto principal por Andoni Ferreño.

De momento, y a la espera de novedades positivas, la función retrasa su estreno hasta, como mínimo, mediados de agosto. Andoni y el resto del equipo han entendido perfectamente la situación y le han dado toda clase de facilidades a la actriz y presentadora.

Alessandro, nos dicen, no suele comentar en su lugar de trabajo, el plató del programa matinal de Ana Rosa Quintana, nada relacionado con su hijo, el hermetismo es absoluto, y tan solo están al tanto de las circunstancias reales la misma Ana Rosa y algún compañero, que más que colega es muy amigo, como es el caso de Joaquín Prat.

Al transalpino se le ve últimamente más serio que de costumbre, más esquivo con la Prensa. Su preocupación se nota en su semblante. Lógico, porque la unión con Alex es estrecha y absoluta.