Daniel Estulin: «Unos pocos podrán comprar la inmortalidad»

–«El Club de los Inmortales». ¿Quiénes pertenecerán a ese club?

–La elite transhumana, gente con el ADN modificado. Los nietos de la elite de hoy, los herederos de los poderosos que no aparecen en Google.

–¿Y qué hay que hacer para ser socio?

–Estar dispuesto a ser medio robot. Y pertenecer al poder.

–¿Cree en la inmortalidad?

–Totalmente. Pronto se podrá trasplantar nuestra conciencia a un avatar.

–Los que aspiran a la inmortalidad la alcanzarán gracias a...

–La ciencia cuántica, la biotecnología, la genética y la informática: ahí está el elixir de la inmortalidad. Y mi libro no es de ciencia-ficción.

–O sea, que los ricos serán como dioses y nosotros estaremos...

–Condenados a la pobreza y a las guerras si las cosas no cambian.

–Así que unos podrán comprar la longevidad y otros, no.

–Sí. Unos pocos podrán comprar la inmortalidad y la mayoría, si no reaccionamos, viviremos peor que hoy. Como en «Mad Max».

–No trae buenas noticias. Parece un profeta del Apocalipsis...

–Soy un profeta de la realidad. Hablo de tecnología que ya está en marcha.

–El exceso de malas noticias, el bombardeo catastrofista...

–Forma parte de la guerra contra la humanidad. Nos están diciendo: esto no tiene sentido, no pienses, drógate, no te levantes de la cama, no luches...

–Vende muchos libros. ¿Por qué el género apocalíptico gusta tanto?

–Porque nos preocupa el futuro y saber quién está detrás de los títeres. Nos abruman con malas noticias porque la confusión lleva a la inacción.

–No sé qué hacer. ¿Me meto en un búnker lleno de alimentos y agua o...?

–No hay que rendirse: hay que luchar por la supervivencia humana y contra el fatalismo, pero ya no distinguimos el catastrofismo de la verdad.

–Escribe: «Estamos ciertamente a las puertas del infierno»...

–Si nos dejamos controlar, nos espera el mundo de «Blade Runner».

–Para asegurar su supervivencia, la elite emigrará a otro planeta, dice.

–La película «Elysium» será realidad. Esa tecnología ya existe.

–Por cierto, ¿usted pertenecerá al Club de los Inmortales?

–Si puedo, sí. Algunos dicen que no quieren ser inmortales, pero mienten. Yo quiero ser inmortal.

–Una idea que odian los sepultureros...