Gente

Esther Doña se preysleriza mientras roban a la Borrego

Pues sí, ya es miércoles otra vez. Y aquí estamos con las revistas del corazón a ver qué se cuece

Esther Doña se preysleriza mientras roban a la Borrego
Esther Doña se preysleriza mientras roban a la Borregolarazon

Pues sí, ya es miércoles otra vez. Y aquí estamos con las revistas del corazón a ver qué se cuece

Hoy es el último miércoles de agosto. Bien. Se acaban las vacaciones y confiamos en que nuestros famosos se pongan de nuevo a lo suyo, a ser famosos y hacer cosas de famosos y entretenernos con ello. Que nos han tenido todo el verano en un ay, esperando que cada semana fuera sea justo esa en la que nos sorprenderían con algo inaudito. Y luego no. Hasta estaba pensando en hacer una sección remember y dedicarme a rescatar antiguas noticias insólitas del cuore. Yo, por entreteneros, cualquier cosa.

Pero vamos a lo de hoy. Saco el ¡HOLA! ceremoniosamente del bolso. Os cuento, no porque añada valor informativo a esta columna sino por contextualizar, que no estoy con el vermú y las revistas en una terracita cool en Malasaña. Estoy en los Pirineos, en el único bar con wifi que he encontrado, tomándome un café con leche junto a un río. No hay nadie más, porque todo el mundo está por ahí haciendo deporte y sudando. Tanta paz no me deja concentrarme. Así que no me lo tengáis en cuenta.

Como os decía, saco el ¡HOLA! y me encuentro a Esther Doña en la portada, con una pose y un look muy Isabel Preysler, para hablarnos de su tumor en la pierna y del episodio de la detención de Carlos Falcó tras una discusión conyugal en un hotel de Madrid. “Las crisis son oportunidades” dice. De todo este reportaje yo extraigo una conclusión: El Marqués de Griñón se enamoró de la Doña (dicho así, parece que hablo del personaje de una telenovela mexicana) porque le recordaba a la Preysler de joven. Ella lo sabe y, para no perderle (ya sabéis el ímpetu con el que las jóvenes atractivas se enamoran del interior de los ancianos millonarios), potencia ese preyslerismo. Y de este burro no me bajo.

También en la portada de ¡HOLA!, encontramos el romance sorpresa del verano: Lara Álvarez y Andrés Velencoso. A mí lo que me sorprendería de verdad es que a Velencoso le diera alguien calabazas, pero que esté con cualquiera me parece lo normal. Para mí, Velencoso es el chocolate con leche y avellanas del género humano y, por lo tanto, apruebo todo lo que haga. Y no hay más que hablar.

Carla Pereyra (gracias, google, por existir), modelo y empresaria (recordadme un día de estos que abordemos el concepto “modelo y empresaria” en el mundo de las celebrities, por favor), nos desvela detalles de su próxima boda en la Toscana con Simeone y sin los cuales difícilmente podríamos sobrevivir. Como que Simeone llegará al altar del brazo de su madre y, ella, del de su padre. Mira, quitadme este café con leche. Necesito un Bloody Mary.

Telma Ortiz y un señor desconocido de nombre largo y difícilmente pronunciable se despiden del verano achuchándose como adolescentes. Me chiva google que el señor del nombre largo es abogado y ex marido de la violinista de The Corrs. Vírgen Santa, qué pequeño es el mundo. Qué de endogamia famosil. Qué poco me interesa la vida de Telma Ortiz.

Vamos a ver qué les ha pasado a Las Campos: sacamos el Lecturas. Dios mío. Robo en casa de La Borrego. ¡Se han llevado sus archivos privados! Y joyas. Pero, sobre todo, archivos privados. ¿Qué habría en esos archivos? ¿Los habrá robado el mismo que se llevó los archivos privados de Bárbara Rey en su momento? Dejadme que me monte mi propia conspiración.

No puedo zanjar este tema, sin embargo, sin hacer mención a la foto del armario ropero revuelto. Los armarios post-robo de los famosos se parecen mucho a mis armarios sin robar. De verdad que Carmen Borrego no gana para disgustos, pobre.

Jorge Javier, a sus 49 años y también en Lecturas, posa en bañador y nos habla de tríos y de su situación sentimental. Pues muy bien. Habla también del aneurisma que sufrió en marzo y del que se ha recuperado satisfactoriamente. Muy bien también.