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C.Tangana o la foto de sus chicas con burka

GRAF3962. MADRID, 16/08/2021.- Imagen del Twitter de C. Tangana en la que aparece la fotografía que ha reavivado las acusaciones al trap de machismo. El artista de origen gallego en un yate rodeado de mujeres en bikini ha reavivado las acusaciones de machismo al cantante de trap, un estilo polémico por el papel que reserva en muchas de sus canciones a la mujer, al igual que otros géneros relacionados como el rap, el hip hop y el reguetón. EFE/ Twitter C.tangana SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
GRAF3962. MADRID, 16/08/2021.- Imagen del Twitter de C. Tangana en la que aparece la fotografía que ha reavivado las acusaciones al trap de machismo. El artista de origen gallego en un yate rodeado de mujeres en bikini ha reavivado las acusaciones de machismo al cantante de trap, un estilo polémico por el papel que reserva en muchas de sus canciones a la mujer, al igual que otros géneros relacionados como el rap, el hip hop y el reguetón. EFE/ Twitter C.tangana SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)Twitter C.TanganaTwitter C.Tangana

La foto del verano, la de C. Tangana posando en un yate con diez amigas en traje de baño, ha sido considerada por las feministas radicales de guardia como un gesto machista, fascista y heteropatriarcal. Hasta Anabel Alonso, antaño libertina y divertida, se ha sumado a la tangana a Tangana: «¿Esto es moderno? Señores, Jesús Gil era un adelantado a su época. El mensaje es triste, muy triste». Todo lo que no sea dar el pecho a los mellizos como Irene Montero en Instagram es un paso morado de Semana Santa con el feminismo flagelado y coronado de espinas. Yo veo la imagen del yate como ironía, parodia o, más propiamente, coña marinera, pero nada de eso roza las meninges siempre ofendidas de las huestes a dieta de dogmas y eslóganes. Ahí tienen a Gabriel Rufián, por ejemplo, que ya hasta cita a Gramsci con soltura. Si yo fuera C. Tangana, repetiría la foto (el mismo lugar, el mismo sol, las mismas amigas) con ellas luciendo negros burkas y él disfrazado de talibán barbudo y mirada fiera cantando «Guerrera»: «Y el orgullo me robó/ a punta de kalashnikov/ y mi cerebro secuestró/ callaíta con silenciador/ y ahora todo el mundo sabe/ que tiene un arsenal/ para cargarse a cualquiera/ Es una guerrera/ una guerrera…». Para las manifestantes de Afganistán pasaría a ser una especie de himno revolucionario feminista contra la sharía y los muyahidines, y a la vez (paradojas de la vida) sería muy del agrado de las talibanas de por aquí que ven ataques a la mujer hasta en el inmaculado beso del príncipe a la Bella Durmiente.