Tamara Falcó e Íñigo Onieva, separados en Navidad

Millones de familias en todo el mundo se reúnen en estas fechas para celebrar la Navidad. En el caso de los Preysler-Falcó no ha sido diferente y casi todos los miembros de este mediático clan han vuelto a casa desde varios puntos del mundo para estar juntos el día de Nochebuena. Chabeli Iglesias, Enrique Iglesias y Ana Boyer han visitado a su madre, Isabel Preysler, y su pareja, Mario Vargas Llosa, acompañados también de sus respectivos, Christian Altaba, Anna Kournikova y Fernando Verdasco. Tampoco han faltado a esta cita Julio José Iglesias, recientemente divorciado de Charisse Verhaert, y el sobrino de la socialité filipina, Álvaro Castillejo Preysler.

Por supuesto, Tamara Falcó también ha estado presente en esta bonita reunión familiar, aunque ella ha sido la única que ha roto con la costumbre de acudir acompañada de su pareja. Aunque ya lleva más de un año saliendo con Íñigo Onieva y su relación parece ir viento en popa, el empresario del ocio nocturno se ha quedado al margen del encuentro navideño de uno de los clanes más populares en España y el resto del mundo, y todo parece indicar que ha preferido disfrutar de estas fiestas de Pascua rodeado de sus propios seres queridos.

Fue en la celebración del cuarenta cumpleaños de Tamara Falcó cuando Íñigo Onieva se mostró como uno más en la familia de Tamara Falcó. Sin embargo, Isabel Preysler sorprendió con un inesperado comentario ante la prensa, asegurando que a su hija “no le hace falta casarse” con el empresario cuando se le preguntó por las supuestas nupcias.

En cualquier caso, Tamara Falcó e Íñigo Onieva sí han disfrutado de unos bonitos días en pareja previos a Nochebuena. La pareja ha viajado hasta el sur de España y ha sucumbido a los encantos de Granada y su famosa Alhambra, tal y como han mostrado en sus rede sociales.

Fastuosa Navidad

Como no podía ser de otra forma, la elegancia ha sido la gran protagonista de las fiestas de Pascua de los Preysler-Falcó. La familia se ha reunido en una imponente mansión cuya entrada estaba presidida por un árbol de Navidad gigante repleto de regalos colocados como si de una imagen de revista de decoración se tratara. La matriarca ha cuidado cada detalle y ha demostrado una vez más que a anfitriona no le gana nadie.