Marbella
Fran y Lourdes se casan en la finca de Cayetano
A Fran Rivera le cuesta dejar la soltería, de ahí que haya celebrado tantas despedidas de soltero, entre ellas, la italiana con su hija Tana, y la festejada anteanoche a siete kilómetros de Ronda, además de la cita que tiene lugar esta noche, a la que acudirán sus amigos íntimos, como Pedro Trapote, que sigue con Bea Abascal, después de doce años de relación, y acaso preparan ya su próximo y esperado enlace. Aunque él salió requemado de su primera boda con una hija de Mae Dominguín.
Fran Rivera y Lourdes Montes se han dado el «sí, quiero» durante una boda sólo civil, porque Eugenia Martínez de Irujo sigue reacia a darle la nulidad. La novia vestía un traje de Pronovias, realizado a partir de un boceto suyo bastante mejorado, acompañado por unos pendientes de brillantes pertenecientes a su abuela. Ha tenido lugar en el Recreo de San Cayetano, una de las fincas con más significado de la estirpe Ordóñez, ya que la compró el padre de Antonio Ordóñez. Allí reposan las cenizas de Orson Welles, vertidas a un pozo como reliquia de tiempos mejores. Luego, la adquirió Pedro Trapote padre, que ahora pone el ex Pachá madrileño en manos de su veinteañero hijo Pablo.
Sin móviles
Trapote conservó y mimó los recuerdos, trajes y retratos de la familia Ordóñez, porque ninguno de sus herederos quiso perpetuar ni custodiar la memoria del gran maestro rondeño. Luego, la herencia pasó en usufructo a su viuda, Pilar Lezcano, «la oso» para Carmen y Belén, que, posteriormente, la alquiló a un notario rondeño. Pasados los años, se la quedó Cayetano Rivera. Hoy se la presta a su hermano mayor para una boda con todo tipo de prohibiciones, incluso a los invitados de llevar móvil para asegurarse de no romper la multimillonaria exclusiva del enlace.
Por otro lado, el final del verano ha llegado marcado por la moda, por la tumultuosa Vogue Fashion Nigh Out y por los primeros desfiles de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, que dirige Cuca Solana. Hubo nombres repetidos en una y otra convocatoria. Los asistentes casi pierden el resuello para asistir a la cita chic de Alvarno, en la que destacó la elegancia navarra de Loli Cayuela. Los creadores encandilaron a Mar Flores, Laura Ponte y al embajador francés Jérôme Bonnafont en su debut social. Cristina Sainz destacó por lucir un «short» más que corto. Ya han pasado seis meses desde su boda con Israel Bayón y se les nota ensimismados, mientras Lola Marcelli justificaba la ausencia de Juanjo Puigcorbé. Distinta también apareció Irene Meritxell, casi irreconocible con una melenita recortada, durante la fiesta de «Yo Dona», a la que asistió con Imanol Arias. Fue felicitado por su trabajo como maestro de ceremonias en la gran noche de Antonio Banderas en Marbella. El actor malagueño presenta con Paz Vega su nuevo perfume Women in Gold en un anuncio donde la intérprete es un florero mudo y el galán, productor y director, acapara toda la atención. Nadie se explica qué hace la andaluza en esta promoción en la que destaca por silente, aunque nunca fue muy expresiva.
Eric Yerno, por su parte, estaba relajado tras pasar tres semanas en Le Mirage, de Tánger, que tanto gustaba a Felipe González y cuya paz ha cambiado por la casa de Marbella de su cuñado Pedro Trapote.
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