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Juan José Alonso Millán: «Entiendo por éxito ganar dinero»

Juan José Alonso Millán: «Entiendo por éxito ganar dinero»
Juan José Alonso Millán: «Entiendo por éxito ganar dinero»larazon

–«El cianuro, ¿solo o con leche?». ¿Usted cómo lo toma?

–Con sacarina. Tengo alto el nivel de azúcar. Estoy en un momento dulce.

–¿Quién le podría poner cianuro en el café?

–No tengo enemigos. Y eso debe de ser malísimo: algo estoy haciendo mal.

–¿A quién se lo pondría usted?

–A los políticos en general.

–¿Le gustaría que le ayudaran a morir, como al abuelo de su función, con cianuro o con...?

–Con cianuro. Parece que no se sufre mucho. Veo la muerte muy lejana y como algo de risa. Morirse de risa es un dicho muy español.

–¿Por qué «El cianuro...» se ha convertido en su mayor éxito?

–No lo sé. Yo la escribí pensando que no se iba a estrenar nunca.

–Quizá escribir pensando que no se va a estrenar sea una fórmula de éxito.

–Quizá. Yo casi siempre he escrito por encargo. Casi no sé escribir de otra manera. Escribo para el productor o para los actores.

–Ya: nunca se ha considerado un escritor literario...

–Nunca. He escrito lo que me han pedido y para ganar dinero. Yo entiendo por éxito ganar dinero.

–¿Quién le contaminó de humor negro?

–Valle-Inclán con sus esperpentos. Y luego, Jardiel y Mihura.

–Más de medio siglo escribiendo teatro y cine. ¿Qué ha aprendido?

–De la vida, poco. Ha pasado demasiado deprisa. Lo peor es que ya no salgo por las noches.

–Es que la noche ya no es lo que era...

–Somos nosotros los que ya no somos como éramos. La noche es maravillosa, pero ¿cómo voy a salir a beber Coca-Cola?

–Eche un vistazo. ¿A qué juega hoy la sociedad?

–Cobran por ir a las fiestas. Si cobran por ir a divertirse, ¿qué diversión hay? Sólo salen para las cámaras de la tele o las revistas del corazón.

–Arrastra leyenda de mujeriego. ¿Le han seducido o ha seducido?

–Ellas eligen, salvo si eres rico, que entonces eliges tú.

–¿Diría que ha tenido suerte o...?

–He tenido mucha suerte. No sé lo que es la mala suerte.

–Yo sí: sentarse en un pajar enorme y pincharse con la dichosa aguja...