Zamora

A la última con toda la razón

A la última con toda la razón
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Bajada de las temperaturas. Se nota el otoño, se siente el frío. Cambio de piel. Puesta a punto para no quedarse atrás porque el desfile de lo cotidiano se torna complicado si uno no cuenta con los imprescindibles para mirar al invierno con elegancia. En el «front row» más de una toma nota en el móvil. Otros directamente fotografían para copiar literalmente el «look». No es de extrañar, teniendo en cuenta las firmas que se subieron a la I Pasarela de Moda LA RAZÓN. La industria del textil y el diseño se daban la mano para abrirse a la ciudad. Más de 800 invitados bajo la cúpula del Palacio de Cibeles comprobaron de primera mano una moda a pie de calle, «street style», con un toque «deluxe».

Con la presencia de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, así como del Secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, arrancó esta primera edición de una iniciativa que busca apoyar precisamente a un sector clave en nuestra economía. «La moda es muy importante en el PIB de nuestra ciudad. Hay que tener en cuenta que no es sólo lo que vemos, sino todo el trabajo que hay detrás», explicó la alcaldesa, que subrayó además cómo forma parte de nuestra cultura y nuestra economía.

Así se percibía en el «backstage», donde Patricia Losa y Paula Esteban, mimaban cada una de las salidas que se vieron de seis de las nueve firmas que desfilaron, pertenecientes a Gómez de Zamora. ¿El resultado? Un juego de mate y brillo en las propuestas de Gant que daban fe de la revolución «preppy» de la casa, con una interesante superposición de tejidos en las diferentes prendas o la sofisticación que desprenden los tejidos tecnológicos de Stone Island. Confiar en la firma italiana implica saber que uno sale a la calle sin temor a un diciembre de temperaturas bajo cero o un enero de nevadas.

De Cremieux sorprendió su capacidad para hacer actual un aire sesentero para ellos, gracias a la apuesta por el «slim fit» y a una gama de colores indispensable para esta temporada como son los rojos, naranjas y azules intensos, sin olvidar los camel y cremas para aquellos que siguen sin querer abandonar los tonos de referencia. Otra de las firmas que ha evolucionado tanto en sus patrones como en su concepto de moda ha sido Harmont&Blaine. En las salidas masculinas, el príncipe de gales con pajarita y chaleco se resolvía como una tentadora, propuestas –que no arriesgada–, mientras que para la mujer imagina faldas con vuelo hasta la rodilla, haciendo de la sensualidad de los cortes su mejor arma.

Tenkey supo combinar una esencia tradicional en sus prendas con el aire nuevo de un hombre urbano que sabe adaptarse a las circunstancias. Un toque de atrevimiento, en cambio, fue la nota presente en las propuestas de La Martina, la firma argentina más internacional.

Mientras Patricia y Paula daban los últimos retoques, Eduardo y Raúl Gilabert, estilistas de Scalpers, también tanteaban qué prendas encajaban mejor con ese estilo bohemio «vintage» que define al hombre Scalpers, con una definida identidad allá por donde va, marcada por una calidad exquisita de los tejidos de los trajes y una decisiva precisión en los detalles en las prendas más «casual».

Woolrich, por su parte, hizo de esos básicos que han conquistado durante décadas el mercado norteamericano un alarde de renovación con un estilo rural «chic» tanto para ellas como para ellos.

La exclusividad de Pandora se dejó ver sobre unos básicos en negro. El bosque y la naturaleza cobran vida en las joyas de esta colección. Una gama cromática en la que prevalecen los tonos verdes, acompañados por toques de color morado y violeta, una mirada a un otoño que cobra vida.