Casas reales

La maldición de los duques de Cambridge

Tras el escándalo del «topless» de Kate Middleton y sus problemas de salud, la muerte de la enfermera que desveló datos sobre su embarazo resucita el mal fario de los Windsor que parecía haber desaparecido con Lady Di

La Policia custodiaba ayer la entrada del hospital en el que trabajaba la enfermer
La Policia custodiaba ayer la entrada del hospital en el que trabajaba la enfermerlarazon

Nadie imaginó que una frase tan inocente como: «La duquesa de Cambridge está durmiendo y se encuentra mejor», pronunciada por una enfermera del hospital donde estuvo ingresada la esposa del príncipe Guillermo, llegara a convertirse en el centro de la polémica, y más teniendo en cuenta que la vida de Kate Middleton, y todo lo que la rodeaba hasta el momento, había sido un cuento de hadas: se casó con su príncipe azul, tuvo una boda de ensueño, se convirtió en una mujer admirada a ambos lados del Atlántico y, para los expertos, ha sido la artífice de que la familia real británica haya alcanzado unos niveles de popularidad que ni siquiera habían vivido durante los años más dulces de Diana de Gales.

Catalina vivía su mejor momento. Hasta ahora: a raíz de la noticia de su embarazo, que ha dado la vuelta al mundo, la duquesa de Cambridge ha podido comprobar que en palacio no es oro todo lo que reluce. Y es que nadie, ni siquiera los que han nacido con sangre azul, están preparados para convertirse, sin quererlo, en los protagonistas de una broma que ha costado la vida de una mujer. Justo cuando Bukingham Palace pensaba que tenía controlada a la Prensa del país y que la joven estaba más protegida que nunca, se han visto sorprendidos con la noticia de un posible suicidio. El hospital King Edward VII, en el que Catalina estuvo ingresada de domingo a jueves por molestias durante el embarazo, confirmó ayer la trágica muerte de Jacintha Saldanha. Ella era enfermera que estaba trabajando en la recepción durante el ingreso de la nieta política de Isabel II y quien, víctima de una broma, pasó una llamada a la habitación de Kate sin darse cuenta de que la mujer que decía ser la reina Isabel II y el hombre que se hizo pasar por el príncipe Carlos eran en realidad dos reporteros de una radio australiana que querían poner un toque de humor a su programa.

El cuerpo de la enfermera –casada y con dos hijos– fue encontrado a las 9:30 de la mañana en un domicilio muy cercano al centro hospitalario. Dos ambulancias se trasladaron con urgencia a la zona, pero no pudieron hacer nada por su vida. Los duques están en estado de «shock» y profundamente apenados con la noticia. Sus altezas reales han asegurado que fueron cuidados «maravillosamente bien» en todo momento por el personal del hospital King Edward VII y ahora «sus pensamientos y oraciones están con la familia de Jacintha Saldanha, sus amigos y compañeros en este momento tan triste», tal y como explicó un portavoz del palacio de St. James, residencia oficial del príncipe Carlos.

La noticia del fallecimiento de la enfermera ha puesto en alerta a los familiares de la duquesa de Cambridge. Preocupa y mucho cualquier noticia que pueda poner en riesgo la gestación del futuro heredero de la corona. Desde el primer momento, el embarazo de Catalina no está siendo sencillo: a la esposa del príncipe Guillermo le acaban de dar el alta tras sufrir hiperemesis gravídica y los problemas se acumulan. Sus familiares temen que todo lo que está ocurriendo tenga consecuencias nefastas y por eso la mantienen alejada de cuantas informaciones surgen sobre Jacintha Saldanha. Sometida a un reposo forzado, mientras ella tiene que permanecer en Londres o en casa de sus padres, el príncipe Guillermo debe volver a sus obligaciones como piloto de la Fuerza Aérea Británica en la base de rescate de Anglesey (Gales).

Según los medios británicos, no son buenos tiempos para el matrimonio, a pesar de que la noticia de su embarazo parecía haber roto con su mala racha al ser recibida por todo el país con gran ilusión. La maldición de los duques de Cambridge comenzó este verano con las fotografías en «topless» de Catalina, unas imágenes que dieron la vuelta al mundo y de las que la duquesa se sentía profundamente avergonzada. Tras un baño de masas por Asia como embajadores de la monarquía británica con motivo del año jubileo, llegó la noticia del embarazo, que se filtró a los medios de comunicación y precipitó el anuncio de su estado debido a su ingreso hospitalario, algo que les resultó muy desagradable.