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Verónica Hernández, el estigma de ser Miss

Verónica Hernández, el estigma de ser Miss
Verónica Hernández, el estigma de ser Misslarazon

La corona de plata y brillantes se ha convertido en una de espinas, humillante y dolorosa, y la banda que la designó como la más guapa de las Islas Baleares, en un estigma capaz de invalidar su extenso currículum. Cuando ganó el certamen en 2009, Verónica Hernández no imaginaba que ese sustantivo, Miss –aparentemente destinado a abrirle nuevas oportunidades profesionales–, acabaría convirtiéndose en una losa en su carrera y eclipsando la fama de «alumna ejemplar» que se había labrado desde su etapa escolar. La polvareda mediática que ha despertado su nombramiento como secretaria del presidente balear, José Ramón Bauzá, ha soterrado la felicidad inicial que le causó conseguir este puesto de trabajo tras varios meses moviéndose en las áridas tierras del desempleo.

Desde su entorno aseguran que incluso se planteó, como muchos jóvenes de su generación, salir de España en busca de un trabajo. «Siempre ha sido una chica muy despierta», afirman fuentes cercanas a su familia, a quienes la joven confesó su intención de irse a Alemania si continuaba en el paro. Cualidades para emprender la aventura, desde luego, parecen sobrarle. Hernández podría hablarle de tú a tú a la mismísima Merkel –algo de lo que, desgraciadamente, no pueden presumir muchos, ni siquiera dentro del Bundestag–, ya que conoce el idioma lo suficientemente bien como para darle algo más que los «guten morgen» a la señora canciller. Es uno de los puntos fuertes de su currículum: habla alemán, inglés, catalán y castellano; lenguas, todas ellas, en las que ha aprendido a declinar las suculentas ofertas económicas que estos días le están llegando para contar su historia en los platós de televisión y en las revistas del «cuore». Guarda silencio porque «sólo quiere trabajar», comentan fuentes de su entorno laboral, donde reconocen que la joven está «abrumada» a la espera de que el chaparrón mediático escampe.

«Destacaba sobre las demás»

«Me parece una tontería que se la esté juzgando por esto», sostiene una vecina de la familia Hernández. Fue precisamente en la localidad de Son Veri Nou donde conoció a la joven que la acercaría al mundo del modelaje. «Se presentó una chica de la zona al certamen y Verónica la acompañó. Al año siguiente decidió presentarse también ella», comentan las mismas fuentes, quienes, sospechan que «ahora estará arrepentida de todo aquello». A juzgar por el revuelo que ha causado, motivos para estarlo no le faltan, a pesar de que Verónica Hernández ya era más que una cara bonita cuando participó en el certamen de belleza. «Es una chica excelente, educada, correcta y muy preparada. Se lo ha buscado, se ha ido a estudiar y a formarse a Madrid y Alemania. No ha conseguido su trabajo por ser guapa sino porque se lo merece», asegura Fidel Carrera, delegado de Baleares de Miss España. «En 12 años que llevo como delegado de las islas, ha sido la mejor candidata de todas, ha destacado sobre las demás con mucha diferencia», añade.

Pero, más allá del mundo de la belleza, los prejuicios hacia este tipo de concursos pueden invalidar hasta la más brillante de las carreras. De hecho, muchos expertos rehúyen el caso de la Miss balear para evitar mezclarse con la noticia. Sin embargo, al analizar su currículum con un profesional de recursos humanos –obviando citar el nombre de Verónica Hernández–, parece que la joven reúne los requisitos necesarios para destacar entre la gente de su generación. Además de ser licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo, posee un perfil académico de alta cualificación y ha cursado parte de sus estudios en el extranjero, en la Facultad de Diseño de Múnich. Condiciones que hablan para los expertos de «una persona madura y con autonomía, algo que es muy positivo», asegura Gemma Torre, consultora de selección de la Fundación Adecco.

Además de su experiencia en diferentes medios (entre ellos, la revista «Interviú», la cadena autonómica IB3 y la delegación balear de la cadena Cope), uno de los aspectos más positivos del currículum de Hernández es que posea un blog –en «Hoy he visto que» escribió un «post» a principios de mes–. «En casi todos los tipos de trabajo se valora esta cualidad. Te indica que la persona se interesa por un tema, que le gusta investigar y saber cosas nuevas, que tiene inquietudes y que sabe buscarse la vida. Son aspectos que siempre se valoran positivamente», asegura Torre.

También en su perfil de la web CuVitt, un portal especializado en currículums, destacan entre sus talentos la capacidad intelectual y artística y su competitividad académica y universitaria. Entre las aportaciones que Hernández podría realizar a su entorno laboral consideran que se le podría dar bien aportar soluciones especializadas para nuevas oportunidades o problemas, y analizar los efectos de la empresa en la sociedad para convertirlos en impacto positivo. Estos baremos «nos sirven para definir las características de las personas, por ejemplo, para un puesto administrativo nos interesaría un perfil más creativo, más artístico», comenta Torre. De modo que, según los expertos, la que fue Miss Baleares 2009 encaja bastante bien con las cualidades que requiere su puesto de trabajo. Pero, ¿le perjudicaría indicar que ganó un certamen de belleza hace años? «Hay prejuicios, pero no tendría por qué afectar. Al final, lo que se valora es que su formación, su experiencia y sus competencias personales encajen con lo que se demanda. Lo de esta chica se ha sacado de quicio, un trabajo no se encuentra por ser guapa», sostiene Torre, para quien la «banalización del sector de la belleza» es uno de los motivos por los que existen recelos hacia este tipo de profesionales. «Que te presentes a un concurso como ese no significa que seas tonta, puedes ser inteligente y muy válida», defienden fuentes cercanas a la familia de la joven. «No sólo ha posado en bikini, también ha estudiado», añaden desde su entorno académico. De hecho, en su casa «siempre han hablado de lo bien que le iba en el colegio y lo buena chica que es», añade una de sus vecinas. Muchos no dudan en señalar que la obsesión por ocultar sus méritos tras su título de miss responde a un rancio «machismo». «Es una chica muy válida, si hubiese sido un hombre no estaríamos hablando de esto», aseguran. Con todo, y a pesar del apoyo que ha recibido estos días, Verónica Hernández, que se definía como «periodista sin fronteras», se ha dado de bruces con un muro difícil de trepar. A sus 25 años, ha descubierto que, a veces, incluso la belleza se cobra sus peajes.