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La transformación de Duarte Falcó, el aristócrata rebelde

Duarte Falcó, activista y emprendedor
Duarte Falcó, activista y emprendedorlarazon

Llega con la maleta dispuesto a coger el tren para irse unos días a Sanlúcar de Barrameda. Apenas la ha deshecho porque hace unos días que llegó de Berlín, donde trabajó de camarero un mes.

Llega con la maleta dispuesto a coger el tren en cuanto terminemos la entrevista para irse unos días a Sanlúcar de Barrameda. Apenas la ha deshecho porque hace unos días que llegó de Berlín, donde trabajó de camarero un mes «porque me gusta mucho la hostelería». Ahora está emocionado con la fotografía y, claro, el citarnos en Nubel, el restaurante a los pies del Reina Sofía, es una tentación. Todo le parece merecedor de su objetivo. Duarte Falcó, a sus 24 años, preside la organización RedTdah, para personas que como él padecen hiperactividad, y es vicepresidente de la Fundación +Vida, que no requiere más explicación. Llega con pelo alborotado, camiseta XXL y poco halo aristocrático, pese a ser hijo del marqués de Griñón y Fátima de la Cierva. Se le ve cómodo en ese papel de «enfant terrible» de la jet...

P: ¿Es un aristócrata «rebelde»?

R: Toda mi vida he estudiado en un colegio en Casarrubios del Monte, un pueblo de Toledo, y me he criado allí con gente de pueblo, jardineros, fontaneros, con personas normales de clase media, y eso ha influido.

P: ¿Huye de la «jet»?

R: No huyo, pero no he crecido en ese entorno. Además, mis padres me han transmitido muy buenos valores humanos. Fíjate, mi madre estudió Trabajo Social, Antropología y Filología Francesa, que son las tres carreras con menos salida del mundo, así que es una buena referencia. Además, soy una persona muy abierta, me gusta relacionarme con gente diferente: de izquierdas, de derechas, ricos, pobres...de todo.

P:¿Y cómo se le da lo de ser camarero?

R: Toda mi familia por parte de padre y madre tienen relación con la restauración. El tema del vino me parece apasionante, es una obra de arte y mi padre tiene un don en este sentido. Él desde los 26 años elegía el que se bebía en casa... Yo he nacido con esa sensibilidad. La experiencia de trabajar de camarero ha sido muy interesante.

P: ¿Hace botellón o es más de vino en copa?

R: Claro que salgo de fiesta. En Berlín, además de trabajar, también he salido todos los fines de semana. Me gusta mucho la música tecno y por eso elegí Alemania para estar allí un mes.

P: Es vicepresidente de +Vida, una fundación que defiende el derecho a la vida por encima de todas las cosas. ¿Comparten los de su generación estos principios? ¿Recibe muchas críticas?

R: Me molesta que me digan que soy ultracatólico por defender la vida, pero siempre me he sentido libre de decir lo que sea aunque suene políticamente incorrecto. Cuento con estas críticas. Lo que no entiendo es que traten la defensa de la vida como algo religioso o político cuando no tiene nada que ver con eso. Sé que rompo estereotipos porque no soy de derechas y defiendo la vida.

P: ¿Se siente más cómodo entre adultos?

R: Siempre me he relacionado con gente más mayor que yo porque quizá no veía en la de mi edad las mismas inquietudes que yo tenía.

P: ¿Le seduce la política?

R: Nunca he votado. Soy muy crítico.

P: Sobre todo, con Podemos...

R: Yo critico las malas políticas vengan de donde vengan. También comparto las cosas que me gustan, sean del partido que sean, de Podemos o de Vox, me da igual. Me describo como alguien neoliberal libertario al margen de la ideología de izquierdas o derechas.

P: Son cinco hermanos en casa, eso suena a serie de éxito...

R: (Risas) Las familias grandes son buenas para compartir. Con todos mis hermanos tengo una excelente relación y como somos de diferentes edades, con cada uno puedo contar para una cosa diferente.

P: Su hermana Tamara participará en la nueva edición de «Masterchef». ¿Qué le ha cocinado en los últimos meses?

R: Tamara no me ha cocinado nunca nada, la verdad. Bueno, es cierto que durante una época en la que vivíamos juntos hace años lo hacíamos a medias y algo más que yo sí que hacía, yo cocino peor que ella, se me da fatal.