María Ángeles López de Celis: «Detrás de una gran mujer hay un hombre cabreado»

–«Las damas de la Moncloa». ¿Nos habría ido mejor si hubieran gobernado ellas en lugar de ellos?

–No lo sé, pero en momentos de crisis quizá la mujer tenga una sensibilidad especial ante ciertos problemas.

–Una frase para cada dama. Amparo Illana, esposa de Adolfo Suárez.

–Una mártir. Lo pasó muy mal: era celosa y tendente a la depresión.

–Pilar Ibáñez-Martín, esposa de Calvo Sotelo.

–La entereza y la espontaneidad. Se enfrenta a todo sin dar un paso atrás.

–Carmen Romero, esposa de Felipe González.

–La dignidad en todos los momentos. En los últimos años compartían techo, pero no lecho.

–Ana Botella, esposa de Aznar.

–Ella misma se definió como maniática, desordenada y coqueta. Muy sincera. Ha nacido para mandar.

–Sonsoles Espinosa, esposa de Zapatero.

–Culta, tenaz y cálida. Pero se equivocó: no quiso ser primera dama y Zapatero iba por el mundo como si fuera viudo.

–Elvira Fernández, esposa de Rajoy.

–Es la mesura y la discreción. Inteligente. Colabora mucho con su marido.

–¿Es verdad que le manda al balcón cuando él quiere fumar un puro?

–Es verdad. Le manda a fumar fuera.

–¿A cuál de ellas le gustaba más mandar?

–A Ana Botella.

–¿La más afectada por el llamado síndrome de La Moncloa?

–Sonsoles y Amparo fueron las que peor lo pasaron.

–¿Quién de ellas lo hubiera hecho mejor que él?

–Ana Botella lo habría hecho tan bien como su marido.

–¿Es una secretaria que no sabe guardar secretos?

–He guardado todos los que hay que guardar.

–¿Qué hay detrás de una gran mujer?

–A veces, un hombre cabreado.

–Cuando haya una presidenta, ¿cree que su marido se dedicará a cambiar las cortinas de la Moncloa?

–No lo veo. Seguro que es la presidenta quien se ocupa también de eso.

–Me imagino que la Merkel ha recortado las suyas...