Marta Prieto: «Es de trogloditas comerse a los caballos»

-«Simple–Mente un caballo». ¿Qué nos puede enseñar un caballo?

-Sobre todo, a conocernos a nosotros mismos.

-Si me tira, conoceré mejor a mi traumatólogo...

-Si le tira, piense que es por su culpa. Ahí empieza la enseñanza.

-¿Qué le puede enseñar a un empresario?

-Que no puede dirigir a personas si no sabe dirigirse a sí mismo.

-¿Y a los trabajadores?

-Que el grupo es lo importante. Si no trabajamos con los demás, trabajamos contra nosotros mismos.

-¿Es la mujer que susurra a los caballos o los caballos le susurran a usted?

-Yo les hablo mucho. Saben más de mí que mi marido.

-¿Y qué le susurran?

-Me enseñan calma, a priorizar, a ver lo que de verdad importa y a ordenar las ideas. Y a ser más creativa.

-No me diga que impulsan su inspiración...

-Sí. Son pura intuición y la creatividad tiene mucho que ver con eso. Lo pensamos todo demasiado, y no todo se puede racionalizar.

-Escribe que es bueno pensar como un caballo. ¿Lo dice porque algunos dirigentes piensan como burros?

-No, por favor, los burros son inteligentes y cariñosos. ¡Qué más quisieran muchos que ser como burros!

-¿A los caballos les gusta que los domen?

-Sí, porque son curiosos. Pero siempre que no los maltraten, claro. Si la doma no es apropiada, se pueden volver sumisos, pero tristes.

-Ahora muchos mueren de hambre y sed, abandonados en fincas...

-Es la irresponsabilidad de los nuevos ricos, que se compraron caballos como quien compra motos, y cuando ha llegado la crisis...

-Me imagino que no ha comido nunca una hamburguesa de caballo...

-Jamás. Comerse a los caballos es de trogloditas, una falta de sensibilidad.

-¿A los caballos les gustan las carreras de caballos?

-Un caballo es capaz de morir reventado por hacer lo que se le pide. No creo que eso les guste.

-Y menos sin poder apostar...