Casa Real
Victoria Federica, en el nombre del padre y con la venia de la madre
Su puesta de largo ha sido la primera en la familia del rey desde la de las infantas Elena y Cristina. Acompañada de sus amigos, tuvo motivos para «despendolarse» sin la regañina materna.
La primera incursión «oficial» de Victoria Federica fue en Sevilla el pasado mayo en la plaza de toros de la Maestranza. Acudió sola y supervisada por su madre, que ocupó el palco real, mientras Jaime de Marichalar veía a su hija desde una de las gradas. La ex pareja no mantiene una relación fluida. Solo a través de intermediarios. Una cuestión que ya no preocupa a Froilán y Victoria. Hay que recordar que la separación y posterior divorcio fue el primero de una infanta de España con el consiguiente tsunami informativo, como el de esta puesta de largo. La anterior tuvo como escenario el palacio de la Zarzuela en septiembre de 1983. Entonces, Elena y Cristina fueron las protagonistas de su «fiesta de juventud».
A la de Vic (así le gusta que la llamen) acudieron la duquesa de Lugo y Jaime de Marichalar, que estuvieron muy pendientes y apartaron sus diferencias por una noche. Igual que Doña Sofía, que siempre se ha llevado muy bien con su yerno, incluso en los momentos más tensos del acuerdo de divorcio. Saludó a Jaime como era de recibo y al resto de la familia Marichalar. Para la Reina Emérita, Victoria es su nieta preferida, igual que para Don Juan Carlos lo es Froilán. Es el único que le puede llamar a cualquier hora. La Reina estuvo siempre muy pendiente de la educación extraescolar de la niña. «A Victoria le gusta la música y tiene además aptitudes para el baile. Sobre todo clásico», contaba la abuela orgullosa. Hace unos años fue la propia reina la que pidió al bailarín Ángel Corella su opinión sobre la capacidad artística de su nieta. La respuesta fue muy positiva. Parece que tenía talento y si hubiera querido podría haber llegado lejos. La cuestión era que había que dedicarle tiempo y sacrificio.
A diferencia de su hermano, Victoria tiene un carácter mucho más acomodaticio. Es muy tímida, cariñosa, dulce y apegada a su padre. Es mucho más Marichalar que Borbón. Con su madre se encuentra en ese momento post adolescente complicado y discuten a menudo. Los vecinos son testigos de esos encontronazos que terminan con la hija castigada por malas contestaciones o por no cumplir los horarios de llegada cuando sale los fines de semana. Uno de estos desencuentros tuvo lugar en un hotel de Sevilla cuando la joven apareció a las siete de la mañana. La discusión comenzó en el descansillo mientras esperaban el ascensor y en presencia de otros clientes. A Doña Elena no le importó que hubiera testigos mientras la reprendía: «Estoy harta de que hagas lo que te dé la gana. Ya está bien. Estás despendolada». Y tiempo atrás ante otro incumplimiento horario la duquesa de Lugo amenazó con anular la puesta de largo, que se retrasó un año. A su fiesta no faltó la representación de primos paternos con los que pasa parte de los veranos en Soria. También hubo presencia Borbón con María, la hija de Simoneta, que en septiembre tendrá su propia fiesta por su mayoría de edad. Y Juan Urdangarín, que estudia en Londres y pasa fines de semana en Madrid arropado por Doña Sofia, la Infanta Elena y los Borbón Dos Sicilias. El primogénito de Cristina es muy parecido en carácter al de Victoria. Froilán fue una especie de «introductor de embajadores» para que Juan se encontrara cómodo.
Máxima exclusividad
Se ha especulado con lo que ha podido costar esta fiesta que, siguiendo la costumbre en este tipo de celebraciones de padres divorciados, pagaron a medias Marichalar y Elena. En este caso sería difícil de cuantificar. Victoria recibió a sus doscientos invitados en la finca El Chaparral, antaño casa familiar del marqués de Mondéjar, que fue Jefe de la casa Civil de Don Juan Carlos y una especie de «padre adoptivo». Así lo consideraba el Monarca hoy jubilado. La familia explota el recinto para eventos privados y en el caso de la fiesta de Victoria fue un regalo. Un detalle, igual que el que han tenido las hermanas Barreiros Cotoner, nietas del aristócrata. Son dueñas de la empresa Aquilea y decoran con sus centros y propuestas florales las mejores reuniones sociales de Madrid. El vestido que diseñó Caprile para Vic tiene su historia. Las hermanas del modisto forman parte del círculo de amigas de la Infanta Elena y conocen a la joven desde que nació. Triunfó como años atrás la reina Letizia en Dinamarca.
✕
Accede a tu cuenta para comentar