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China dispara su gasto militar

El aumento del 12,7% coincide con el temor al «contagio árabe»

Tropas de las Fuerzas Especiales desfilan en una parada militar con motivo del Día Nacional en Pekín
Tropas de las Fuerzas Especiales desfilan en una parada militar con motivo del Día Nacional en Pekínlarazon

El Gobierno chino anunció ayer un importante incremento del gasto militar del 12,7 por ciento para 2011, hasta alcanzar los 66.000 millones de euros, una decisión que seguramente despertará recelos entre sus vecinos, especialmente en Japón, Vietnam e India, países con los que el gigante asiático mantiene tensos contenciosos fronterizos. La noticia tampoco se espera que sea bien recibida en Washington, que mantiene desplegada en el Pacífico a la Séptima Flota, una de las mayores fuerzas militares de Extremo Oriente.

Desde hace años, el régimen de Pekín revisa al alza su partida militar en cada ejercicio, con incrementos que rondan el 10 por ciento. En 2010, sin embargo, se conformó con un aumento del 7,5 por ciento, algo que muchos analistas relacionaron con el miedo a un contagio de la crisis económica mundial.

Sea como sea, el Ejército del Pueblo vuelve a recibir este 2011 un importante espaldarazo económico. Algo que coincide, probablemente por casualidad, con los temores del régimen a que la ola de protestas democráticas del mundo árabe acabe salpicando a China. Lo cierto es que, como cada año, el aumento fue anunciado en la víspera de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular. Este órgano, lo más parecido a un Parlamento que tiene el gigante asiático, abre hoy unas sesiones en las que, además de aprobar este presupuesto, se debatirá el cambio del modelo de desarrollo chino, basado hasta ahora en unas exportaciones ralentizadas desde el estallido de la crisis económica.

Aunque el Gobierno chino insiste cada año en que la mayor parte del dinero se invierte en mejorar la calidad de vida de los soldados, así como modernizar sus instalaciones y el arsenal existente, Estados Unidos y Japón llevan un tiempo acusando a Pekín de no ser transparente con sus gastos militares y de desarrollar en secreto todo tipo de armas. Por ejemplo, los dos cazas-bombarderos J-20, con tecnología antirradar, cuyas fotos se hicieron públicas sorpresivamente a principios de año, haciéndolo coincidir con la visita del secretario de Defensa americano, Robert Gates.

Informes del Pentágono aseguran, incluso, que China dedica a mejorar su Ejército casi el doble de lo que declara oficialmente.

Pekín suele responder que, en cualquier caso, el gasto sigue siendo muy inferior a las partidas que asigna Estados Unidos, país que este año ha vuelto a batir récords desembolsando casi 400.000 millones de euros para Defensa, sin contar los costes de las guerras de Irak y Afganistán.

El portavoz de la Asamblea Nacional Popular (ANP), Li Zhaoxing, comparó el gasto militar chino, que aseguró que corresponde al 1,4 por ciento de su PIB, con el de otros países, por ejemplo, el de India, del que dijo que «es mucho mayor del 2%, por lo que sé».

En los últimos meses se han desatado rumores sobre tensiones entre la cúpula del Ejército y el Comité Central del Partido Comunista, órgano que gobierna el país y que afronta el próximo año un relevo de dirigentes.


La mayor base espacial del planeta
China está construyendo la mayor base del mundo de diseño, producción y pruebas de cohetes para su programa espacial en la ciudad de Tianjin, cercana a Pekín, cuya primera fase estará lista en un año, informó ayer el diario oficial «Global Times». La base está ubicada en la zona económica de Binhai, donde también se encuentra la única planta de ensamblaje de Airbus fuera de Europa, y contará con 22 plantas, de las que 20 ya han sido completadas y algunas de ellas ya están listas para operar. El propósito es hacer frente a la demanda de investigación y desarrollo en tecnología espacial para los próximos 30 o 50 años.