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Atenas

Un sueño

La Razón
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En estos días, los más cortos del año, es un privilegio ver la anochecida en medio del blanco de la nieve. Cuando el cielo está raso, cuando las estrellas son incontables, una se queda quieta y pensativa, echando un vistazo mental a todo lo que acontece. La vida es dura, más para unos que para otros, pero, de repente, aparece algo que nos cambia la cabeza y que nos permite ver todo de forma diferente. El frío nos hiela la sangre, sí, pero más nos la hielan noticias dramáticas: una patera que se hunde en Australia con decenas de muertos o un hombre en Olot que mata a cuatro personas; el dueño de un psiquiátrico en China vendía a sus pacientes como esclavos; Morente se muere y Neira vuelve a casa después de estar hospitalizado. Roma y Atenas, las ciudades que nos imbuyeron la cultura, están sumidas en una pura manifestación. Y todo así. Pero sin temor a que me tachen de cursi ayer me encontré con dos que se han conocido y se han enamorado. Él con varias relaciones fracasadas, ella también, con hijos ambos, y encantados. Algunas veces las cosas tienen final feliz, pero hay tantas otras que lo ensombrecen… En fin, pasado mañana nos tocará un pellizquito en la lotería. Aunque sea la pedrea.