Valencia

CEK: apuesta por la investigación contra cáncer y alzhéimer

En la búsqueda de tratamientos para cáncer hepático, alzhéimer o dolencias autoinmunes, el Centro Esther Koplowitz (CEK) de Barcelona interactúa con hospitales públicos, centros de investigación o el CSIC. La apuesta en tecnología se plasma en avances en diagnóstico por imagen y en proyectos para discapacitados, como la visión táctil para invidentes 

030SES22FOT1
030SES22FOT1larazon

El dinamismo es una de las claves que propician el cambio. Un concepto que poco a poco ha ido echando raíces en nuestro país, especialmente en el área de ciencia e investigación.
De esta forma, se ha logrado una evolución espectacular en el tratamiento de enfermedades prevalentes como las oncológicas, metabólicas e inmunológicas, entre otras. Y una de las grandes aportaciones viene de la mano de entidades benéficas, asistenciales y privadas, como la Fundación Esther Koplowitz, cuyos proyectos se nutren de las últimas armas tecnológicas y farmacológicas. Un claro ejemplo de ello se observa en el Centro Esther Koplowitz, en el que se cristaliza la mayor donación privada para investigación biomédica de España, y que se ha convertido en el primer centro de nuestro país dedicado en exclusiva al estudio de las dolencias que afectan al cuerpo humano.
Según explica Vicente Arroyo, director del Centro de Investigación Biomédica Esther Koplowitz, «es un centro de cerca de 10.000 m2, de los cuales 8.000 m2 están dedicados a la investigación y a plataformas científicas de uso común, laboratorios de genómica, proteómica, separación celular, criopreservación y otros 2.000 m2 a oficinas, soporte administrativo y proyectos para apoyar a los científicos».
También trabajan en lo que se conoce como «investigación de transferencia», que relaciona la investigación fundamental de institutos y centros de investigación básica con la clínica que se lleva a cabo en hospitales. Porque, creado con la donación inicial de la Fundación Esther Koplowitz, el edificio cuenta con científicos del entorno del Hospital Clinic de Barcelona, así como de la universidad de la misma ciudad y el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer y el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (Cresib).
Esta unión los ha convertido en punteros en la investigación «del cáncer de hígado (enfermedades producidas por el virus de la hepatitis), alteraciones metabólicas, patologías digestivas, inflamatorias, diabetes, dolencias reumáticas, autoinmunes, y las relacionadas con la pobreza». Tal y como explica Arroyo, «una de las ventajas reside en que «se encuentra a 30 metros de distancia del Hospital Clinic y permite realizar trabajos a todos los niveles: clínico, celular y molecular». Asimismo, cuenta con «un biobanco, que se ha convertido en un importante pilar, ya que, al estar en relación con el hospital, permite almacenar muestras de todo tipo: tejidos, plasma, etc., para su posterior estudio», añade el director del Centro Esther Koplowitz. De hecho, en la actualidad «se está elaborando un estudio europeo sobre insuficiencia hepática crónica empleando muestras de pacientes controlados que están almacenadas en nuestro biobanco».

Robótica
Todo ello lo consigue gracias una tecnología puntera. De hecho, albergan con «una Plataforma de Imagen en Medicina que permite realizar neurogramas para el alzhéimer y cuenta con software específicos, útiles no sólo en el estudio de patologías, sino también de la fisiología del cerebro o de cualquier órgano», especifica Arroyo.
Por otro lado, y junto a la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid, la Fundación Esther Koplowitz dio a luz el proyecto denominado Visión Táctil, cuyo objetivo era lograr que las personas invidentes pudan llegar a leer y reconocer su entorno. ¿Cómo? A través de una cámara digital en gafas con autoenfoque y un medidor de distancia se mandan las imágenes a un teléfono móvil. Éste las simplifica y transmite a un dispositivo estimulador que incluye un software que reconoce contornos y optimiza contrastes. En caso de que el paciente no logre comprender lo que ve, puede enviar desde el teléfono una señal a un centro remoto donde le explican lo que la cámara está viendo.
En definitiva, proyectos como los que realiza y en los que colabora esta fundación no hacen sino mostrar un claro ejemplo de responsabilidad entre el sector público y privado que impulsan una concepción moderna de la investigación biomédica.
 
Mayores
La investigación no es el único baluarte de la fundación. Los fondos también se destinan a crear y equipar residencias para ancianos sin recursos, así como para discapacitados intelectuales. En la actualidad, hay dos construcciones en marcha en Valladolid y en Valencia. De hecho, en la ciudad del Turia será la segunda, pues ya existe una destinada al amparo de discapacitados físicos y psíquicos mayores de edad. Madrid y Barcelona también albergan complejos para estos colectivos.
 

Un ejemplo de filantropía
 

Esther Koplowitz puso en marcha en diciembre de 1995 la Fundación que lleva su nombre como vehículo para ayudar a las personas más desfavorecidas.
Desde entonces, esta Fundación representa un ejemplo de filantropía a través de las diferentes acciones que desarrolla y financia.
Se nutre única y exclusivamente de las aportaciones que realiza Esther Koplowitz, y está considerada como Organización Benéfico-Social por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Hasta la fecha, las donaciones realizadas por la Fundación Esther Koplowitz superan los 100 millones de euros. Los destinatarios de las ayudas son ancianos sin recursos y personas que padecen alguna discapacidad física o psíquica mayores de edad, cuyas familias carecen de los medios necesarios para atenderles.
La Fundación Esther Koplowitz también dedica sus esfuerzos a la investigación médica. Sus aportaciones al avance de la medicina más significativas en este terreno han sido las donaciones del Robot Da Vinci al Hospital Clínico San Carlos de Madrid y los 15 millones de euros al Hospital Clínic de Barcelona para la creación del Centro Esther Koplowitz. Inaugurado en octubre del pasado año, este centro se ha convertido en sólo unos meses en una referencia para la investigación biomédica, en la que realizarán sus estudios más de 400 investigadores de todo el mundo.