Francia

Una desafortunada cadena de errores

Antonio Troitiño, excarcelado el pasado día 13 tras pasar 24 años en prisión, está en paradero desconocido por una desafortunada cadena de errores. En primer lugar, la Sección Tercera de la Audiencia Nacional liberó de forma anticipada al etarra del «comando Madrid» al aplicar un criterio opuesto al que había aprobado el pleno de la Sala de lo Penal hace más de un año.

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Al tener conocimiento de la excarcelación del sanguinario terrorista, la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que dirige Javier Zaragoza, recurrió inmediatamente la decisión. El Ministerio Público argumentó que la Sala había aplicado erróneamente la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre el doble cómputo de la prisión preventiva, restando ese tiempo del máximo de 30 años de estancia en prisión en lugar de hacerlo de la causa correspondiente.

La Fiscalía pidió que se revocase la providencia por la que se dejó en libertad a Troitiño y que se abonaran las prisiones provisionales de manera sucesiva «según se vayan cumpliendo las diversas penas por las que ha sido condenado hasta alcanzar el límite de 30 años de prisión». Con ese cómputo, la excarcelación del etarra debía producirse en 2017. Al mismo tiempo, el presidente de la Sala de lo Penal, el magistrado Javier Gómez Bermúdez, convocó para el pasado lunes un Pleno para unificar la doctrina al respecto «dada la complejidad y trascendencia del asunto».

Pero ese Pleno ni siquiera llegó a celebrarse, pues el pasado 19 de abril los magistrados de la misma Sección Tercera responsable del error dictaban a medianoche una orden de busca y captura que sorprendía a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en fuera de juego. No sabían dónde estaba el terrorista porque hasta ese momento no existió la posibilidad legal de vigilarlo.

Pero la Orden Internacional de Detención (OID) del tribunal de la Audiencia Nacional presidido por Alfonso Guevara llegó al despacho del fiscal de Pau sin todos los requisitos legales para tramitarla. Alegaba numerosos defectos de forma que el magistrado de enlace en Francia, Manuel García-Castellón, intentó solucionar a toda prisa.

Al parecer, según fuentes jurídicas, con la OID se envió sólo el auto donde se decretaba su detención y posterior ingreso en prisión, mientras que también habría sido necesario remitir las causas por las que debe cumplir condena. No fue hasta última hora de la tarde cuando un magistrado francés ratificó la orden de busca y captura. Del etarra Troitiño ya no había ni rastro.