Andalucía
Las salas de teatro de Sevilla apenas logran un 60% de asistencia
SEVILLA- La «mala salud de hierro» de la escena amenaza con pasar a cuidados intensivos a causa de la crisis. Las salas sevillanas, cuna de actores como Paco y María León. Paco Tous o Julián Villagrán, entre otros, superan con apuros, de media, el 59% de su aforo.
Profesionales de la cultura «interpretando» en la realidad el papel de camareros, comerciales o teleoperadores. En el mejor de los casos, esto es, con un trabajo. El panorama para las compañías y empresas culturales no es negro; es zaino. Un tejido que, según la Asociación Escenarios de Sevilla, ha dado empleo a más de 2.000 profesionales se resquebraja. Fuentes de la Plataforma Actuación denunciaron la falta de apoyo por parte de los poderes públicos. Sube el IVA, «se desmantelan los circuitos teatrales y de danza y se destinan cantidades ingentes de dinero de fondos europeos para Cultura a crear algo tan inútil como ‘Flamenco de orilla a orilla', un conjunto de ocho cursillos de gestión cultural dedicada al flamenco para aficionados de Andalucía y Marruecos y que va a costar 1,3 millones de euros», critica la plataforma.
La radiografía en los teatros sevillanos muestra los síntomas del declive. Por la Sala Cero Teatro el pasado ejercicio pasaron, con un aforo por sesión de 172 personas, «cerca de 30.000 espectadores». El director de la sala, Elías Sevillano, explicó que «aunque haya habido un incremento notable en el número de espectadores totales –un 6,8% entre 2011 y 2010, en plena crisis– se han visto obligados a «hacer un 13,6% más de funciones al año» para alcanzar esa cifra. Por ello, la media de espectadores ha bajado un 6% «en 2011 y lo que llevamos de 2012». Pese a todo, el porcentaje de ocupación supera «el 55% del aforo». «Los años en que las ayudas estaban normalizadas (desde 2007) nos permitió invertir en publicidad y lo notamos muchísimo en los espectadores». La diferencia entre 2009 y 2008 fue de más de un 35% en el número de espectadores y un 9% en el del aforo. Donde más ha notado la crisis la Sala Cero es en la campaña escolar. «Han bajado las salidas de los colegios más de un 55%. De tener más de 8.000 en la temporada 2010/11 se ha pasado a cerca de 4.000 en la 2011/12», explicó Sevillano. La edad media del espectador «ha subido». En 2010, la media de espectadores fue de 108 y en 2009, de 107. Ambas cifras suponen alrededor del 63% del aforo. Acude menos «gente joven», con menor poder adquisitivo, y cae la sesión de las 22:30 «casi un 11%».
Desde La Fundición explican que «la taquilla depende del espectáculo». El principio de temporada se antoja «muy negro» y se recuerda que «no se subvenciona el producto sino el precio de la entrada». De lo contrario, habría que cobrar «40 o 50 euros» por sesión. La clave para seguir adelante consiste en «diversificar». El aforo medio de la pasada temporada fue del 66%, ésta ronda el 55%, con una capacidad de 139 personas. De momento, «el IVA no ha subido». Se reparte. Al contrario que con los espectáculos de adultos, las sesiones para niños registraron llenos.
El Central consiguió un aforo medio el pasado año del 68%, con 34.873 espectadores. Catorce espectáculos obtuvieron «lleno absoluto» y 33, un 70% de aforo.
El Teatro Quintero cuenta con una asistencia media ésta y la pasada temporada del 65% y con una capacidad para 322 espectadores. A pesar del IVA, ha mantenido el precio, informa Elena Carrascal, directora de programación, reduciendo el margen de beneficio. «Es casi imposible asumir sueldos y costes de gira, así como sostener la infraestructura de un edificio teatral y su personal», resume. ¿Es posible ser profesional de la escena? «Siempre que tengas otro trabajo que te permita comer. Es decir: no».
El Maestranza es el verso libre en este panorama de incertidumbres y nostalgias. Con las entradas más caras a 115 euros, Plácido Domingo colgó el «no hay billetes» en tres funciones, en lo que supuso la apertura de la temporada. El pasado año la media de asistencia fue del 93% (la Sinfónica computa aparte). De momento, se mantiene la actividad y la asistencia. Salas de similar enjundia como el Liceo de Barcelona o el Real de Madrid están notando ya esta crisis sobrevenida sobre la eterna del teatro. El elevado índice de abonos facilita la alta asistencia. En octubre se mantuvieron los precios, debido a que «se fijan meses antes», pero en noviembre –el 18 y 19 vienen los grandes del jazz– será más difícil escapar a una subida, según explicaron fuentes del Maestranza.
Viento Sur Teatro, entre junio y septiembre, junto a otras cinco compañías, desarrolló un programa en la Buhaira. Alrededor de 70 funciones, con una asistencia media de 100 personas sobre un aforo de 220. Otros años la media fue de 150 espectadores. «La crisis ha hecho que venga menos gente», explica Maite Lozano. Las ayudas han caído un 50%, indicaron en la compañía, que cuenta con una escuela de teatro y programas educativos, así como actuaciones en festivales internacionales y pueblos con la obra «El caballero de Olmedo». Lo más grave, denuncia la compañía, es –aparte de la desaparición de los circuitos andaluces y locales– «que se debe dinero a casi todas las empresas culturales». La Junta, «3.000 euros»; el Ayuntamiento,«4.000 euros». «Al reclamarlas dicen que están concedidas pero sin fecha de pago. Así no podemos vivir», cuenta Maite Lozano.
La Cuadra comenzó la temporada en el Teatro Salvador Távora el 25 de octubre. La idea es «conservar los precios», a pesar de que «no tendremos ninguna subvención en 2013», explicó Lilyane Drillon. «Siempre hemos querido ser consecuentes con un compromiso social y político. Eso nunca ha sido fácil. Ni antes ni ahora», añadió acerca de la actual coyuntura. La asistencia media la pasada temporada fue del 58,37%. En las dos primeras funciones de esta temporada, la media ha sido del 65,67%.
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