Granada

Sol flamenco y «sustainability»

El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles cumplieron una apretadísima agenda y hasta «pasearon» en Metrocentro

La Duquesa de Alba, una de las múltiples personalidades que estuvo en los distintos actos, saluda a Camilla
La Duquesa de Alba, una de las múltiples personalidades que estuvo en los distintos actos, saluda a Camillalarazon

SEVILLA- Un abanico de «palo de santo» adornado con flores pintadas a mano fue el regalo que recibió la Duquesa de Cornualles en el Ayuntamiento de Sevilla, previa estancia en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. «Thank God», pensaría ella, porque los termómetros al sol se acercaban ayer a los 40 grados en las horas centrales del día, mientras el príncipe de Gales y su mujer recorrían, en aproximadamente cinco horas, el citado Palacio de San Telmo, el Consistorio, la Catedral, los Reales Alcázares, la Fundación Tres Culturas –él–, el Museo del Flamenco –ella– y la sede de Airbus.
Una visita relámpago en la que Carlos y Camilla se mostraron muy amables en todo momento, saltándose el protocolo en varias ocasiones para saludar a las numerosas personas que se acercaban a ellos. Ella con vestido de seda floreado y él con traje gris, las gafas de sol y, en el caso de ella, también una pequeña sombrilla beig les acompañaron en su paseo por las calles del centro de la capital andaluza.
Para llegar al Ayuntamiento, desde la Puerta de Jerez, el heredero a la corona británica y la duquesa de Cornualles utilizaron el Metrocentro, un respiro para las sofocantes temperaturas, a la vez que anticipo de la reunión que, minutos después, mantendrían en el Consistorio con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, acerca de las políticas de sostenibiliad –«sustainability»– llevadas a cabo en la capital en los útlimos años.
Firma en el Libro de Honor
De ahí, a la Sala Capitular Baja, donde ambos firmaron en el Libro de Honor de la ciudad –empleando su propia pluma–, el mismo que fue testigo de la anterior visita del heredero británico al Ayuntamiento, allá por 1992, acompañado en aquella ocasión por Diana de Gales.
En los Reales Alcázares, de nuevo baño de masas en el Patio de la Montería con decenas de turistas, que, perplejos, se acercaban para comprobar si era cierto lo que veían sus ojos.
Tras una breve reunión con empresarios andaluces y después de asistir a una gala de UK Trade &Investment para celebrar los lazos comerciales entre la región y el Reino Unido y promover que se intensifiquen, la pareja separó sus caminos. Fundación Tres Culturas él –donde quedó «impresionado» por el pabellón de Marruecos de la Expo– y Museo del Baile Flamenco ella. Acompañada por la Duquesa de Alba y Cristina Hoyos , Camilla asistió «encantada» a un espectáculo, pues admitió que «nunca había visto el flamenco tan de cerca».
Tras un recorrido del príncipe por la factoría de Airbus, donde subió al A400M, la pareja se reunió de nuevo para partir rumbo a la finca que el duque de Wellington tiene en Íllora (Granada), donde descansarán de un viaje que ha servido para romper, en Sevilla, dos tópicos británicos –la puntualidad y la flema– y para avivar, en las islas, tres sevillanos: sol, flamenco... y sostenibilidad.