España se pasa por Cristina López Schlichting

Que una menor salga con un cuarentón no sería noticia en España de no mediar un asesinato... porque es legal. Mientras en Gran Bretaña la edad mínima de consentimiento sexual está en 16 años –como en la mayor parte de Europa– y en Estados Unidos oscila entre 16 y 18 según los estados, en España arrastramos hasta hoy complejos de la Transición que nos llevaron a batir todos los records legales. ¡En nuestro país el menor sólo está protegido hasta los doce años, a los trece ya puede fugarse con el adulto sin que los padres puedan hacer nada! La Ley especifica que, en tanto no haya estupro ni abuso, siempre y cuando el niño o niña se ratifique en su decisión, la relación está blindada. La cosa tiene bemoles. La reforma del Código Penal recogía las corrientes sociales de la época que pretendían liberalizar la práctica sexual pero, francamente, hoy están trasnochadas. Dos menores se pueden enamorar con trece, doce y menos años. Así es el corazoncito humano. Pero que una niña de trece se líe con un varón de treinta no puede ser tomado –en general– como un acto libre de la menor. Indudablemente, el adulto se beneficia del ascendente que dan la edad y la experiencia. Aunque el menor jure y perjure que actúa libremente, su pareja domina la situación. Es desesperante saber que el Código Penal no permite a los padres defender a sus hijos en estas situaciones.