Concentrados de nutrientes por José Antonio VERA

Las nueces constituyen uno de los alimentos más saludables que existen, sin lugar a dudas. Siempre y cuando se coman con moderación, pues son semillas muy concentradas en nutrientes que fácilmente sacian y saturan. Pero ingerir entre tres y cinco unidades al día es estupendo: reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares al contener una buena proporción de ácidos omega-6 y omega-3, esenciales para bajar los niveles de colesterol malo o LDL, aportan ácido oleico como el aceite de oliva, y son una magnífica fuente de fósforo, cobre, manganeso y magnesio. No solo eso. Siempre se dijo que todo lo que está bueno y sabe bien acaba haciendo daño. No en el caso de las nueces, a condición de que se administren con suma moderación. Pese a su sabor delicioso son ideales para diferentes problemas metabólicos e incluso para el estreñimiento. Cuando los laxantes ya no surten efecto, pueden ser las nueces las que permitan que el intestino vuelva a hacer correctamente su función. Quizás porque van particularmente bien para el hígado. Los enfermos de este preciado órgano pueden tomarlas en pequeñas cantidades sin que la grasa de las mismas les moleste, a condición de que se mastiquen concienzudamente.

Hay personas que vituperan con frecuencia a los frutos secos como las nueces en la falsa creencia de que son proteínas de segunda porque carecen de algunos aminoácidos esenciales. Error importante. Esos aminoácidos están en otras muchas verduras, legumbres, huevos y lácteos y, sin embargo, sus ácidos grasos esenciales es difícil encontrarlos en, por ejemplo, un filete de carne. El problema de las nueces y otros frutos secos es que hay que saber conservarlos adecuadamente dado que una vez pelados o partidos se oxidan con rapidez y se enrancian, convirtiéndose en peligrosos para la salud. Tienen las nueces otras propiedades. De ellas se extrae un aceite que sirve para expulsar la tenia (parásito intestinal de hasta varios metros de longitud), y sus hojas y su cáscara, tomadas en infusión, tienen propiedades cicatrizantes y reducen el nivel de glucosa en la sangre.

Hay otras nueces como las de Brasil, las de Macadamia, de cajú o las americanas, que no debemos confundir con las de California, las más habituales en España. Las americanas son alargadas, muy tiernas y algo más dulces, ricas en selenio y zinc, por tanto antioxidantes y excelentes para la próstata. El cajú o anacardo es el fruto seco más abundante en zinc, fósforo e hierro que existe. Las de Macadamia son australianas, asimismo ricas en grasas insaturadas contra el colesterol. Pero de todas las nueces son las de California las más saludables con diferencia, eso sí, siempre que se tomen con extremada moderación, pues en abundancia son de una digestión pesada y acaban resultando indigestas y perjudiciales en general.