La mochila de Rosa Díez por Toni Bolaño

Unión Progreso y Democracia se presenta como alternativa a las dos grandes formaciones políticas y habla de regeneración democrática. Su líder, Rosa Díez, se presenta como los nuevos aires que necesita la política. Sin embargo, la señora Díez no es una recién llegada. Tiene toda una mochila y no demasiado brillante. Fue consejera en un gobierno del PNV. Tuvo que dimitir cuando el PSE consideró inasumible que los diputados vascos no reconocieran la Constitución para ocupar su escaño. Dimitió a regañadientes. ¡Vivir para ver! Ahora reniega de los nacionalistas. Como candidata a las europeas, vagaba por los pasillos de Ferraz pidiendo ayuda al entonces responsable de comunicación del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. ¿De esto, qué tengo que decir Alfredo? ¡Toda una política de raza!, sin duda. Esta raza también surgió en el congreso del PSOE del año 2000. Sus escasos partidarios mendigaban por el Palacio de Congresos los avales necesarios para presentar su candidatura. Los consiguió a duras penas. Recibió un batacazo de órdago. Ni siquiera sus avalistas la votaron. Quedó la cuarta de cuatro candidatos. O sea, la última. Ahora, reniega de los socialistas. Dice que se presenta en toda España. Es cierto, pero en muchas circunscripciones sus candidatos son meros convidados de piedra. Están ahí pero nadie nota su presencia. Ni se les conoce. Cataluña es un ejemplo claro. Ni están ni se les espera. Ni sus posibles aliados quieren saber nada. Euskadi sólo recuerda un solitario diputado en las autonómicas. No parece que repita en las generales. La señora Díez intenta, con el inestimable apoyo de sus aliados mediáticos, ser un partido «nacional» pero aunque UPyD se vista de seda, Partido Regionalista de Madrid se queda.