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España roza el nivel crítico de junio por la sombra del rescate a Irlanda

La «jauría de lobos», como describió a los mercados financieros el ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, vuelve a estar hambrienta. Tras unos meses de calma, las llamas han vuelto al bosque de la eurozona, esta vez a causa de Irlanda

El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso
El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barrosolarazon

Los mercados tienen cada vez más dudas sobre los planes del Gobierno de Dublín para sacar al país de la crisis y hacer frente a los intereses de su deuda, que aumentan día a día, lo que ha empujado en los últimos días la prima de riesgo de Irlanda hasta niveles récord, arrastrando en su camino al resto de las economías periféricas en la mira de los parqués: Portugal y España, además de la ya rescatada Grecia.

En el caso de la economía española, las turbulencias irlandesas dispararon ayer la prima de riesgo con el bono alemán, el de referencia en Europa, hasta los 218 puntos básicos –si bien por momentos escaló hasta los 222, sólo dos por debajo de su récord histórico de antes de verano–, lo que significa que mientras a Alemania le basta con ofrecer un 2,434% de rentabilidad para colocar su deuda a diez años, España debe ofrecer un 4,5%. El coste de asegurar la deuda española a diez años (CDS) también se disparó. Al cierre del mercado se situaba en 282.000 dólares anuales para cubrir la posibilidad de impago de 10 millones de dólares.

En el caso de Irlanda, la prima de riesgo escaló hasta un nuevo máximo de 621 puntos básicos, lo que ha situado el interés de su deuda por encima del 8,9%.
La bolsa también resultó seriamente damnificada y, tras perder un 0,84%, cerró la sesión en los 10.149,5 puntos, su nivel más bajo desde el 30 de agosto.

Rescate

Pese a su complicada situación, Irlanda se resiste, de momento, a pedir ayuda. Ayer, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recordó desde Seúl que la Unión «está lista para ayudar» a los irlandeses en caso de necesidad, aunque de momento, no han solicitado ayuda. La presión de los inversores sobre el «enfermo» griego en la primavera empujó a la creación del mecanismo de rescate de 750.000 millones, por lo que, como recordó Barroso, el rescate sería mucho más sencillo que en el caso de Grecia.

 Irlanda cuenta también con la ventaja de que no necesita acudir al mercado para refinanciar su deuda hasta mediados del año que viene, lo que le permite aguantar hasta que las emociones se escurran de los parqués.