Barcelona

A vista de pájaro para controlar cada milímetro

LA RAZÓN viaja en el helicóptero de la Guardia Civil

A vista de pájaro para controlar cada milímetro
A vista de pájaro para controlar cada milímetrolarazon

BARCELONA- Sobre el césped del campo de fútbol del cuartel de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca descansa el BK 117, un helicóptero traído expresamente el miércoles desde Torrejón para formar parte del dispositivo de seguridad desplegado estos días en Barcelona con motivo de la reunión del consejo de gobierno del Banco Central Europeo.

La nave está lista para iniciar un vuelo de reconocimiento sobre la ciudad, prestando especial atención a los puntos de control de la Guardia Civil en tierra, sobre todo, el cuartel del Bruc y la zona del puerto del Fórum. Los alférez Jorge Sánchez, como primer piloto, y Joaquín Pelegrina como segundo, están a los mandos, mientras que el sargento Higinio es el responsable de manipular las cámaras de vídeo que la nave lleva en el exterior, en su parte frontal.

Son las 12.30 y el helicóptero emprende el vuelo. Si no se produce una incidencia destacada, el viaje será de simple reconocimiento. Entramos a Barcelona por Esplugues y Sant Joan Despí, desde donde a través de la cámara del helicóptero, que tiene un ángulo de rotación de 360 grados, podemos ver con nitidez el Palau Sant Jordi y la Torre Telefónica. A continuación, sobrevolamos a 130 metros de altura el cuartel del Bruc, donde la Guardia Civil tiene apostados sus vehículos, preparados en todo momento por si tuvieran que intervenir.

La alternancia de voces y mensajes a través de los cascos es caótica: mensajes en inglés, otros en castellano, algunos poco inteligibles. «Estamos en constante comunicación con aviones, con otros helicópteros y con el puesto de mando, con lo que a veces puede resultar complicado saber quién te está hablando o qué está diciendo», confiesa el piloto. Atravesamos la ciudad a una velocidad media de 90 km/h en dirección al mar para supervisar la actividad de las lanchas de la Guardia Civil en la costa. Dos motoras controlan la navegación por la frontera marítima de la ciudad, por donde en alguna ocasión miembros de grupos antisistema han tratado de entrar.

Es el momento de regresar al cuartel, y la cámara capta un helicóptero de los Mossos que, junto al de la Guardia Civil y a otro de la Policía Nacional vela por la seguridad de la ciudad desde el aire. Hacia las 13.30 horas el helicóptero toma finalmente tierra y su tripulación baja a estirar las piernas antes de emprender un nuevo vuelo de vigilancia.