El turismo de congresos se desploma por la crisis y la falta de conexiones

Sevilla- Así de contundente se muestra el vicepresidente de la federación de empresas organizadoras de congresos, Gustavo de Medina, quien lamenta que la capital hispalense se ha desplomado en el ranking de ciudades que acogen este tipo de encuentros profesionales, situándose en el puesto número doce y superada por otras capitales como Valencia, Bilbao, Zaragoza y Málaga.

La crisis se está cebando con un segmento que, hace un año, era el más pujante de la economía turística. Casi el 60 por ciento de estos eventos provenía del sector médico y farmacéutico. La prescripción del principio activo de los medicamentos «ha provocado que los congresos médicos caigan de manera estrepitosa», sostiene De Medina. Además, las empresas que habitualmente organizaban encuentros y simposios han recortado estas actividades casi en un 80 por ciento. La Administración también era un cliente habitual, pero ahora las citas las llevan a cabo con medios propios y con funcionarios.

La escasas conexiones del aeropuerto también suponen un lastre para los empresarios. «San Pablo se ha convertido en un aeropuerto ‘low cost' y nuestros clientes necesitan reservas con mucho tiempo de antelación», remarca, al tiempo que critica la supresión de la línea de Iberia que enlaza con Madrid.

El caso del aeródromo sevillano contrasta con el de Málaga, con 117 conexiones aéreas. La competencia con otros recintos congresuales de la región es cada vez mayor. De Medina recuerda igualmente que la conexión con AVE hasta la capital de la Costa del Sol «es mucho más rápida que con Sevilla», por lo que cada vez más empresas prefieren celebrar sus encuentros allí.

La crisis también ha modificado la programación de estas actividades y los hábitos de sus participantes. «Antes los congresos duraban dos o tres días y ahora sólo uno», señala. Además, ya no se realizan programas paralelos para que los visitantes conozcan los atractivos turísticos de la ciudad e incluso se reservan comidas con precios que oscilan entre los 15 y 20 euros, «cuando antes no bajaban de 40 ó 50».

De Medina insiste en la necesidad de «cuidar» el turismo de congresos, ya que está integrado por personas con un alto nivel adquisitivo. «Este tipo de visitante se gasta el triple de la media, que ronda los 100 euros». Un turista que regresa a la ciudad en un margen de un año, ya acompañado de su familia, y que se interesa por el patrimonio y la cultura de la ciudad.
Además, el turismo congresual rompe la estacionalidad, puesto que los eventos se celebran durante todo el año, y es un sector transversal. De hecho, más de 30 profesiones dependen de estos encuentros, como azafatas, traductores y empresas de catering.

«Que Fibes no esté listo da mala imagen»
Los organizadores de congresos no están excesivamente preocupados por el retraso de la ampliación de Fibes. Según Gustavo de Medina, representante del sector, la mayoría de los encuentros que se celebran en la ciudad rondan los 300 asistentes y, con la actual oferta hotelera, «la demanda está más que cubierta». Y es que el nuevo auditorio proyectado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra tendrá capacidad para 3.500 personas. «En el nuevo Fibes se celebrarán congresos que ahora están rifados, y que sólo hay tres o cuatro al año en España», augura De Medina. Cabe recordar que, con motivo de la actuación del grupo Les Luthiers, se habilitaron más de 3.000 localidades en uno de los tres pabellones del actual palacio. Sin embargo, De Medina destaca un aspecto negativo del retraso: la «mala imagen de ciudad» que se proyecta a un sector que necesita fiabilidad y confianza. Por ello, destaca la necesidad de habilitar otros centros de convenciones más cerca del centro para que el asistente a los encuentros «tenga todo más mano». En este sentido, el colectivo ya propuso la reforma de la fábrica de artillería para que pueda acoger reuniones, dado el auge del turismo industrial.