Historia

Barcelona

Cantizano vuelve a la televisión «dando la nota» por Jesús Mariñas

El verano trae de vuelta a dos personalidades sigificadas de nuestra televisión: Jaime Cantizano, que a partir de julio reaparece en Antena 3 como presentador de un show titulado «Dando la nota», y Pilar Rubio, que regresa con el concurso «Todo el mundo es bueno».

Cantizano vuelve a la televisión «dando la nota» por Jesús Mariñas
Cantizano vuelve a la televisión «dando la nota» por Jesús Mariñaslarazon

El dirigido por el jerezano será una oportunidad para que los famosos pongan a prueba su cultura musical al más puro estilo «Furor» y supererando «Tú sí que vales». Jaime, inoperante desde la retirada de DEC, se ha dedicado a estudiar idiomas: sobre todo, italiano y alemán, este último empieza a dominarlo, tiene facilidad con las lenguas. Ahora, vuelve a la carga con una imagen barbuda, más rotunda, pero igualmente cautivadora como la que ofreció durante siete años cada viernes por la noche. Demostró habilidad y capacidad de sonrojo. Mientras que Pilar Rubio fue dando tumbos porque no encontraron vehículo a su medida, y ahora la relanzan en plenitud de facultades y belleza física.

Pero enredos televisivos aparte, me parece curioso, paradójico y casi vergonzoso el hecho de que en Barcelona no se vaya a festejar el veinte aniversario de los irrepetibles Juegos Olímpicos. La oficialidad actual ha obviado recordar a Pascual Maragall, quien, junto a Juan Antonio Samaranch, fue el alma y la vida de aquella inolvidable Olimpiada. Los grupos municipales andan a la greña, e incluso se negaron a posar en la foto de familia conmemorativa. A la vista del absurdo rifirrafe parece que quedan cicatrices todavía sangrantes. Recuerdo la jornada inaugural con Valentino y Manolo Pertegaz, que sudaron lo suyo al subir caminando hasta el estadio olímpico tras un almuerzo dirigido por Javier Escobar. También fue memorable la comida en la que Claudia Schiffer, entonces en plenitud, evitó compartir mesa con sus compañeras, o la imagen de Pat Clevelad transformada por Pertegaz en la «dama del Paragüas». Fue muy elogiada por Bibis Salisachs, infatigable en su entrega de primera dama olímpica. El «Barcelona, Barcelona» de Freddy Mercury y Monserrat Caballé es todo un clásico, igual que la gala musical dirigida por Carlos Caballé para cabreo de Alfredo Kraus y Teresa Berganza.

Fue una época en la que las noches eran una juerga absoluta, como aquella en la que Dolly Fontana prohibió la entrada de Alberto de Mónaco en el floreciente «Up&Down» porque el príncipe iba en manga corta. Le obligaron a ponerse una chaqueta prestada del guardaropa al que recurrían personajes de todo fuste. Desde María Schriber, entonces casada con el robusto Schwarzenegger, hasta Mike Jordan, que pretendió descaradamente a Chus Ezquerra... Daría para un vodevil de alto fuste como los que hacía Pepe Santpere. Sin embargo, la nostalgia se ha visto empañada por la actitud nada olímpica de unos políticos incapaces de continuar la epopeya ciudadana que representó Margall.