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Una mirada inédita sobre Rebull
l dónde: Fundació Palau. C/Riera, 54. Caldes d'Estrac. l cuándo: Hasta el 2 de septiembre. l cuánto: 4 euros.
BARCELONA- Al poeta y experto picassiano Josep Palau i Fabre siempre le fascinó la obra del artista Joan Rebull, ya fuera como pintor, dibujante o escultor. Por eso su fundación le dedica ahora una destacada exposición antológica en la que queda patente la fuerza plástica de Rebull, un autor que supo moverse entre el clasicismo y las corrientes más modernas de su tiempo. La muestra en la Fundació Palau de Caldes d'Estrac reúne un total de 43 dibujos, pinturas y grabados, además de una decena de esculturas, procedentes de colecciones privadas, muchas de ellas inéditas hasta la fecha. La muestra recupera una parte destacada de los fondos, hasta hace poco perdidos, que guardaba el editor y marchante barcelonés, promotor de Rebull, Grau Sala, Obiols o Granyer, además de ser el primer editor de Cortázar.
La exposición presenta al artista como uno de los más destacados dibujantes de su tiempo, una labor que lleva al margen de su creación escultórica. También se recuerda su amistad con Palau i Fabre. El artista era amigo de la familia del escritor con quien se encontró en el París de 1946 cuando ambos vivían al margen de la realidad de su país. Uno como exiliado de guerra (Rebull) y otro como fugitivo de la Barcelona de Franco (Palau).
Dentro de la muestra tiene una especial importancia un conjunto ejecutado entre 1926 y 1929, y que fue hecho durante la primera larga estancia parisina del artista. Es aquí donde destaca una serie de retratos a tinta, aguafuertes y pinturas al óleo realizadas dentro de un contexto de austeridad, en el que su esposa Anna y su hijo Jordi se convertían en sus únicos modelos. Es por estas fechas cuando el artista realizó una sorprendente incursión en el terreno del arte abstracto, aunque no será un estilo en el que regrese. La muestra permite conocer su labor, navegando entre las dos aguas del arte del momento: la figuración más noucentista y la abstracción rupturista.
La obra del final de la guerra también tiene cabida en la Fundació Palau. En ella se percibe un regreso al clasicismo, un tipo de formas que siempre le fascinaron. En la sala pueden verse tres esculturas con las tres posiciones que trabajó en este periodo: el desnudo estirado, el desnudo agachado y el desnudo de pie. Asimismo, se presentan algunos de los diferentes encargos que Rebull realizó en su última etapa.
Compromiso de artista
La muestra también se fija en el del compromiso social y político de Rebull. En este sentido, uno de los dibujos más interesantes es un retrato del presidente de la Generalitat Lluís Companys.
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