Psiquiatría
Plan integral de salud mental por Ana PASTOR
Muchos me preguntan qué cosas me hubiera gustado hacer y no pude llevar a cabo, siendo ministra de Sanidad. Sin ninguna
duda, me faltó tiempo para poner en marcha un Plan Integral de Salud Mental. Se han hecho muchos esfuerzos desde
distintos ámbitos profesionales, sociedades científicas, administraciones... para tratar de una forma integral a las
personas que sufren una enfermedad mental y que supone no sólo sufrimiento para el paciente, sino también para la familia y la sociedad. Queda mucho por hacer. Un Plan Integral debe abordar la reestructuración de los
servicios asistenciales adecuándolos a la morbilidad actual,
asegurando la continuidad de los cuidados, clave para mejorar
la calidad de vida de las personas enfermas y las de sus familiares. Contemplar un verdadero desarrollo profesional ,
nuevas áreas de especialización y de capacitación específica
y formación continuada que permita basar la toma de decisiones, cómo no, en la mejor evidencia científico-técnica.
Mayor inversión en investigación biomédica; más recursos
destinados a la atención primaria y al espacio socio-sanitario. Y no debemos olvidar que si en alguna enfermedad es clave la atención continuada, personalizada, humanizada, por
procesos, es en la enfermedad mental. Un plan de apoyo a las
familias y a las asociaciones de pacientes y un programa específico de información y sensibilización a la población general, para que no se estigmatice a estas personas. Por último, como reclaman los profesionales, incluir una estrategia específica para las demencias y un modelo de atención integral que evite la inequidad en las prestaciones, especialmente en el acceso a los fármacos. Cualquier iniciativa tendrá que contar con los profesionales psiquiatras, geriatras, neurólogos, médicos de Atención Primaria, psicólogos, enfermeras, trabajadores sociales. Ellos son los que enriquecen y mejoran la calidad de vida de estos pacientes.
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