La OLP acepta el diálogo con Israel pero no renuncia a las condiciones

Israelíes y palestinos aceptaron en la madrugada de ayer y con inusitada rapidez la oferta de diálogo lanzada el viernes por la Administración Obama de volver a sentarse en la misma mesa para tratar el proceso de paz, pero ninguno esconde su escepticismo acerca de que esta vez pueda ser la definitiva.
 
Después de la pronta aceptación el viernes del primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, y del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas; ayer era la Organización para la Liberación Palestina (OLP) –que agrupa a las principales formaciones palestinas, con excepción del grupo terrorista Hamas– la que daba el visto bueno a la invitación de la Casa Blanca para el próximo 2 de septiembre y espera que en esta ocasión se resuelvan todos los asuntos pendientes del estatuto final de los territorios palestinos, como las fronteras, la situación de Jerusalén Este y el derecho de los refugiados (palestinos) a regresar a sus antiguos hogares.

Aunque tanto la Casa Blanca como el Cuarteto para Oriente Medio no han puesto ningún requisito para iniciar el diálogo, –condición israelí para aceptar– apenas unas horas después de digerirse la noticia la Autoridad Palestina hacía pública su advertencia: abandonarán la mesa de negociación si se reanuda la construcción en los asentamientos judíos situados en las tierras en las que los palestinos quieren levantar su futuro Estado, confirmaba ayer el jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erakat.

Pero el próximo 26 de septiembre termina la moratoria de 10 meses de paralización de las edificaciones en los asentamientos en Cisjordania que el Gobierno de Israel aprobó para facilitar el avance en las negociaciones de paz. Renovarla supondría una crisis interna del Gobierno de coalición que dirige Netanyahu, donde miembros de partidos de extrema derecha ya han anunciado que retirarán su apoyo si se vuelven a congelar los proyectos de construcción.

El diálogo de paz podría por tanto verse acabado apenas 24 días después de iniciarse. De superarse este escollo, aún quedarán otros pendientes, como la situación de la franja de Gaza, territorio palestino controlado por el grupo terrorista Hamas. De hecho, la decisión palestina de reiniciar el diálogo con Israel está recibiendo muchas críticas internas y puede darse por descontado que los grupos terroristas de la Yihad intentarán que fracase, tal y como vienen amenazando desde que se supo que el presidente Obama estaba a punto de conseguir el principio de acuerdo.

El secretario general del partido Iniciativa Nacional Palestina, Mustafa Barghouthi, aseguró ayer que el hecho de que las negociaciones se reinicien «sin precondiciones», tal como anunció Clinton, es «vergonzoso» porque supone aceptar totalmente la posición israelí. Y los extremistas de Hamas, en su línea habitual, también han hecho pública su intención de boicotear los resultados: «Rechazamos la propuesta norteamericana para reiniciar las negociaciones.», dijo en un comunicado Sami Abu Zuhri, uno de los portavoces de Hamas en Gaza, que consideró que se trata de «un nuevo intento de engañar al pueblo palestino».

Así, en el aire queda por ahora la pregunta que ronda a muchos israelíes, ¿puede ser peor hablar que dejar las cosas como están?

Clinton agradece a Moratinos el apoyo a la paz
- La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, telefoneó ayer al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para agradecerle el apoyo del Gobierno español a la revitalización del proceso de paz en Oriente Medio que se materializará con el diálogo directo de las partes el próximo 2 de septiembre. Moratinos también recibió una llamada telefónica en el mismo sentido del enviado especial de la Casa Blanca para la región, George Mitchell.
- Respecto a Cuba, la secretaria de Estado norteamericana le reconoció al titular de Exteriores su papel en el «acompañamiento del diálogo entre la Iglesia Católica y el Gobierno de Cuba». Clinton expresó a Moratinos la disposición de su país a acoger a los ex presos políticos que lo soliciten, de acuerdo a la ley de EE UU.