Dinamarca

Medallas por equipos por Julián García Candau

La Razón
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La España olímpica busca medallas en los equipos. Nos hacen grandes transitoriamente algunas figuras individuales, como Nadal, Alonso y los motociclistas, pero en los Juegos, salvo excepciones que son de agradecer, lo que privan son los conjuntos. Excepto el ridículo de la selección de fútbol, al margen de alguna derrota no definitiva, España avanza en los torneos en los que interviene al menos una pareja.
Pese al susto del baloncesto, por incomprensible relajación durante todo el partido, todo lo esperanzador está basado en los conjuntos. El baloncesto, pese a lo dicho, ofrece ilusionante recorrido aunque la medalla de oro es lo que diría don Rafael Guerra Guerrita, o sea «El Guerra»: «Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible». El equipo estadounidense batió el récord de los Juegos al derrotar a Nigeria por 156-73, cifra superior a los 138 puntos que alcanzó Brasil en Seúl.
El balonmano, tanto el equipo masculino como el femenino, ha tenido incluso más que buenos resultados, buenas actuaciones. Los hombres perdieron por un gol en el último suspiro con Dinamarca, una de las grandes favoritas para la conquista del oro. Las chicas, terceras en un campeonato del mundo, y segundas en el europeo de 2008, han sido capaces de derrotar a Dinamarca y Suecia, lo que les ha concedido valor añadido para el futuro inmediato. La derrota con Corea y el empate con Francia fueron resultados remediados ante las danesas. Siguen en competición. No fallan los waterpolistas, hombres y mujeres, y siguen su buena marcha las chicas de voley-playa.
El tenis, en partidos individuales ha causado sinsabores y la inesperada eliminación de David Ferrer ante el japonés Nishikori. En dobles junto a Feliciano López, frente a los franceses Llodra y Tsonga, pareja más doblista que la española visto el papel fundamental del primero, el mejor de los cuatro en las labores propias del juego por parejas. Los españoles tuvieron el partido ganado en cuatro ocasiones y desaprovecharon la oportunidad en todas ellas. Perdida la ocasión de luchar por el oro, tendrán que hacerlo por el bronce y por ironías del destino contra la otra pareja francesa compuesta por Gasquet y Benneteau.
Nos quedan en natación sincronizada, que nunca hace el ridículo, sino todo lo contrario, la posibilidad de medalla por parte del dúo que forman Ona Carbonell y Andrea Fuentes, además de la prueba por equipos.
La constante eliminación de deportistas aumentó ayer mañana cuando comenzaron a entrar en acción los atletas. El estadio volvió a proporcionar a los teléfonos móviles el mensaje tan repetido de «fin de participación». Algún día habrá alguien que se plantee seriamente la política de selección olímpica que se sigue desde la Federación española. Ya hace tiempo que los dirigentes deportivos españoles abusan de la confianza que les otorgan el Comité Olímpico y el Consejo Superior de Deportes. Quieren hace creer, falsamente, que el deporte crece internacionalmente al anunciar equipos más grandes que nunca. El progreso no está en el número, sino en la calidad.


Posdata
La sospecha de dopaje no es razón suficiente para eliminar a un atleta. La presunción de inocencia también debe ser respetada en deportes. España, país bajo sospecha justificada, ha de ser estricta para huir del escándalo. En el caso de Ángel Mullera, alguien lo ha hecho mal. Si existían mensajes que podían inculparle, se debió investigar a fondo. Sin pruebas fehacientes seguía siendo inocente. Culpable ha sido en la pista.