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Al Qaida activó a distancia la bomba de Marraquech

El Gobierno marroquí está tomando muy en serio las amenazas vertidas por yihadistas en un vídeo en YouTube.

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Madrid- «El proceso de reformas no va a retroceder y Marruecos será todavía más fuerte en su resistencia a todas las tentativas de desestabilización». El portavoz del Gobierno de Rabat, Jalid Naciri, trató así ayer de ser extremadamente firme en sus declaraciones sobre el atentado perpetrado el jueves en la plaza de Yemá el Fna de Marraquech, en el que fueron asesinadas 15 personas y otras 22 resultaron heridas.

Mientras la Policía trata de identificar al o a los asesinos –se especula con la posibilidad de que fueran dos los terroristas, e incluso con que al menos uno no fuera un suicida– y todavía está en curso identificar a todas las víctimas de la explosión, el Ejecutivo marroquí intenta por todos los medios mantener el control de una situación que es potencialmente explosiva. Con protestas en las calles prácticamente todas las semanas, para Rabat es esencial que la violencia yihadista no rompa un proceso democratizador que, a pesar de sus contradicciones, avanza sin los sobresaltos que sufren en Yemen o Siria.


Testigo occidental
En el Movimiento de los Jóvenes del 20 de Febrero, sin embargo, temen un incremento de la represión por parte de las autoridades. Una de sus portavoces, Selma Marouf, insistía ayer, en conversación telefónica con LA RAZÓN, en que sus reivindicaciones «son pacíficas», pero admitía que «la gente tiene miedo de que, tras el atentado de Marraquech, las fuerzas de seguridad puedan redoblar la represión contra los manifestantes, que mañana volverán a expresar su protesta en las calles aprovechando la celebración del Primero de Mayo.

Entre tanto, poco a poco se van conociendo algunos datos que se desprenden de la investigación policial. Y cobra fuerza la hipótesis de que Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) pueda ser la responsable del ataque. El ministro de Interior marroquí, Taieb Cherkaoui, dijo ayer que el explosivo fue detonado a distancia y que, por tanto, no se trataría de la obra de un suicida. Un turista holandés aportó ayer datos a los investigadores sobre el posible terrorista, a quien, aseguró, vio frente a frente en el café Argana, según el diario digital «Aufait Maroc». El testigo dijo que el hombre era «un árabe que llevaba dos grandes bolsas». La Policía, al parecer, elaboró un retrato robot del individuo.

Las autoridades de Rabat siguen la pista de Al Qaida en el Magreb Islámico, sobre todo por el vídeo difundido por esta organización el pasado 25 de abril. En esas imágenes colgadas en YouTube, un joven enmascarado, que se identifica como Abderramán al Magribi, marroquí y miembro de AQMI, se dirige «al mundo musulmán y a Marruecos en particular» para decir «a estos impíos de Marruecos y a sus perros cómplices que estamos allí». Y añade: «Digo a mis hermanos, prisioneros y oprimidos, que tengan paciencia. La hora de la victoria es inminente».

Al igual que las autoridades marroquíes, los servicios secretos franceses concentran sus sospechas en el islamismo radical, según informa desde París Álvaro del Río, apuntando también a Al Qaida en el Magreb Islámico.


Los fallecidos
El ministro del Interior francés, Claude Guéant, anunció ayer un balance provisional de seis muertos y siete heridos de nacionalidad francesa en el atentado perpetrado el pasado jueves en Marraquech. Las seis víctimas mortales confirmadas por París forman parte de los 13 cuerpos que ya han sido identificados –dos marroquíes, dos israelíes, dos canadienses y un holandés– de entre los 15 fallecidos. Los dos israelíes son la pareja formada por Michal Weizmann Zikri, una mujer embarazada en sus últimos meses de gestación, y Masud Zikri.



Una amalgama de violentos
SALAFIA JIHADIA
El grupo fue formado en 1972 por profesores y estudiantes a los que su líder Abdelkarim Moutua enseñaba la sharia. El desarrollo de un ala militar, liderada por Abdelaziz Nouarmani, implicó a la organización en el atentado de Casablanca de 2003. Diez de ellos fueron condenados a pena de muerte. Actualmente, se encuentra dividido en diferentes grupos yihadistas como Ahl Sunna wal Jama'a.


GRUPO ISLÁMICO COMBATIENTE MARROQUÍ
Los atentado suicidas de Casablanca de 2003, en los que murieron 45 personas, o las explosiones del 11 de marzo de Madrid son algunos de los crímenes cometidos por este grupo islamista suní afiliado a la red de Al Qaida. Su líder Abdelkrim Mejatti y el terrorista Karim el-Mejjati fueron asesinados en Arabia Saudí en 2005. La organización cuenta con células en Europa.


SEPARACIÓN Y EXCOMUNIÓN
Su líder Yusef Fikri fue detenido en agosto de 2002 en la ciudad de Tánger por haber matado a seis personas que no respetaron los principios de la ley musulamana sharia. Fuentes policiales aseguran que al grupo se le atribuyen la desaparición de 154 personas. «Separación y Excomunión» («Al Hijra Ua Takfir») tiene seguidores en las grandes urbes, como Casablanca.


PREDICACIÓN Y COMBATE
El grupo también conocido como «Al Qaeda del Magreb Islámico», creado en 1997 como escisión del «Grupo Islámico Armado» y vinculado a Al Qaeda desde el 2004, está dirigido por Abdelmalakek Droukel, que se encuentra en busca y captura por la Interpol. La organización asumió ser la autora de las explosiones de abril de 2007 en las que un policía murió y 15 personas resultaron heridas.