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Medallero bajo mínimos por Alfredo Menéndez

La Razón
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Se nos rompió el amor de tanto usarlo. O lo que es lo mismo: se nos oxidaron las tijeras de las inauguraciones de tenerlas guardadas en el armario sin una mala cinta que llevarse al filo. Una cosa es una cosa y seguramente otra cosa –profunda reflexión– es otra bien distinta. A lo mejor no había que llevar el metro hasta el último rincón o a lo mejor no había que hacer aeropuertos decorativos sin aviones pero tampoco conviene borrarse dos legislaturas de infraestructuras necesarias para Madrid que son las que al final te hacen crecer cuando la economía toma velocidad de crucero.
En esta legislatura, con esto de las obras estamos como España en los Juegos Olímpicos. Mucha competición pero el medallero bajo mínimos y los metales se los llevan otros. Y lo más gracioso que tienen las obras es que no vale levantarse un día y decir: «Voy a hacer un nuevo túnel de la risa». Las infraestructuras llevan su tiempo y hay que planificarlas además de pagarlas. Y si de estas crisis hemos aprendido que no se pueden estirar los pies más de lo que da la manta, quizá deberíamos aprender también que no todo es austeridad e inmovilismo: las inversiones que no hagamos nosotros, las harán otros. Y teniendo en cuenta el lugar al que nos va a hacer retroceder en el ámbito económico esta crisis, más nos vale estar bien preparados para cuando salgamos de ella: habrá que correr el doble para llegar a la misma casilla en la que estábamos.