La otra teoría de la luz

Empezó con retratos. Con instantáneas de personas y calles recortadas por líneas de sombras, geometrías y vagas abstracciones que preludiaban ya, para un ojo atento, qué buscaba: una vista desde un puente, la fachada de una casa, los paisajes ferroviarios que dejan las vías de los trenes, una plaza solitaria. Muy pronto se desprendió de ese bagaje de tradiciones y herencias. Optó por liberar la fotografía de la forma. Separar el color de la figura. Liberarla del fardo pesado de la naturaleza. Su intención: modelar la luz. El resultado fue la invención del fotograma, la fotografía sin cámara, que nace en 1922, donde esta materia es independiente y autónoma. El Círculo de Bellas Artes de Madrid recuerda a László Moholy-Nagy en la retrospectiva «El arte de la luz», la primera exposición que PHotoEspaña ha inaugurado este año. Un creador múltiple que entró en la Bauhaus, invitado por Walter Gropius, y cultivó el cine, el teatro y la pintura. «Es un artista total –recordó Oliva María Rubio, comisaria de la exposición– que imprimió a su toda su obra un sello particular. Perseguía encontrar nuevas formas que no tuvieran nada que ver con ninguna de las que hubiera en el exterior». El recorrido muestra cómo Moholy-Nagy buscó la depuración del color en el lienzo y el «milagro óptico del blanco y negro por irradiación inmaterial de la luz». Sin jerarquíaLa exposición, que permanecerá abierta hasta el 29 de agosto, reúne cerca de doscientos trabajos de este Moholy-Nagy, entre diapositivas, fotografías, libros, pinturas y algunas películas que muestran la versatilidad de un creador que jamás reconoció la jerarquía entre las disciplinas artísticas

DÓNDE: Círculo de Bellas Artes. Madrid. CUÁNDO: hasta el 29 de agosto. CUÁNTO: un euro