Ciencia y Tecnología

La red más humana

La Razón
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Internet es un tema de constante debate, que requiere situarlo en términos comprensibles, y sobre todo en su real dimensión técnica, asumiendo que la esencia del ser humano permanece, y los principios y valores también. Desde el punto de vista técnico, internet es un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que utilizan la familia de protocolos TCP/IP, garantizando que las redes físicas heterogéneas funcionen como una red lógica única, de alcance mundial, y dentro del mismo, el servicio más conocido es el World Wide Web («www» o «la Web»), hasta tal punto que se indentifica con todo el fenómeno de internet. Desde un punto de vista social y económico, es una auténtica revolución, que no por conocida desde hace tiempo –sus orígenes se remontan a 1969, cuando se estableció la primera conexión de computadoras, conocida como Arpanet– no deja de plantear constantes dudas y problemas. En este sentido, es necesario superar el paroxismo de los «tekis», que creen que antes de internet no había nada, y a partir de aquí todo. Su importante labor en pro de la denominada globalización es innegable, es un espacio único donde se intercambia una gran cantidad de contenidos, pero muchos de ellos ilícitos, como los derechos de autor. La red ya no es únicamente utilizada con fines académicos, empresariales o militares, sino que con su proceso de expansión se ha abierto a toda la sociedad, lo cual la ha dotado de una dinámica impresionante, para lo bueno y también para lo malo. Pero tiene precedentes que sirven de ejemplo. Así nos encontramos con las calzadas romanas, que sirvieron de instrumento para llevar a toda Europa la cultura greco-romana y, sobre todo, el pensamiento cristiano en forma de nueva religión, auténtica raíz de Europa, y de lo que se denomina mundo occidental. Pero una calzada pronto también se convirtió en un lugar frecuentado por delincuentes que había que reprimir, y hubo que dar seguridad. ¡Qué decir de la muralla china! En el siglo XV el hombre supo construir embarcaciones que le permitieron surcar los océanos, y llevar esta cultura a un nuevo continente. Pero en la navegación, pronto y gracias a nuestro maestro Francisco de Vitoria, se acuñó el principio de la libertad de los mares, que se fundamenta en la ausencia de competencias estatales exclusivas, generando un espacio de libertad. Pero pronto hubo que regularlo y establecer limitaciones, confiriendo competencias estatales dirigidas a la lucha contra la piratería, el transporte de esclavos o el derecho de persecución. Fenómenos que nos evocan problemas actuales en el uso de la red: piratería contra la propiedad intelectual, esclavitud sexual y pornografía infantil, delitos contra la propiedad. Hasta el momento, internet en el plano internacional, sólo se ha sujetado a la autorregulación y al trabajo que diversas organizaciones no gubernamentales han realizado para crear un ambiente adecuado para el uso de internet, principalmente en aspectos técnicos y comerciales. Pero no hay que olvidar que inventos como el telégrafo, el teléfono, la radio, la TV y el ordenador, sentaron las bases para esta integración de capacidades nunca antes vividas. Mucho se habla de los beneficios que los medios de comunicación y el uso de la informática han aportado a la sociedad actual, pero es una realidad que debe ser regulada no sólo en el ámbito nacional, sino sobre todo en el internacional, para proteger el uso de la propia red, y para impedir que se convierta, como ya ocurre, en un nuevo espacio de criminalidad e inseguridad. Los principios y valores en general están muy asentados e internet no puede mutarlos. El respeto a los derechos humanos y la protección del propio ser humano no pueden verse alterados por la nueva dimensión, y por ello se debe seguir protegiéndolos de igual forma, y con igual eficacia. A título de ejemplo, en la actual reforma del Código Penal se castiga al que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y comunicación contacte con un menor de trece años y proponga concertar un encuentro con el fin de cometer algún delito contra la libertad sexual. Eso está bien, pero se debe seguir trabajando, ya que muchos delitos deberían estar agravados cuando el medio comisivo sea la red, teniendo en cuenta el anonimato que confiere. Es necesario superar el marco europeo, que es el que nos ha impuesto algunas de estas reformas, y crear un organismo internacional sustentado por un tratado, que nos permitiera acabar con la multidireccionalidad que internet representa, sin romper con su dinamismo y trato de la información. La red no es más que un instrumento al servicio de la humanidad, y no al revés, principio que debe inspirar cualquier regulación, debiendo abandonar el papanatismo de los denominados campos sin puertas y el amparo del anonimato; aquello que nos acerca, no puede separarnos como personas.