ETA

Dejemos a la Guardia Civil

La Razón
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Si se hubiera dejado a la Guardia Civil hacer su trabajo, seguro que hoy ETA estaba aún más vencida de lo que está, más acorralados sus jefes y desarticulados sus comandos, más desactivada su capacidad de cobrar el impuesto terrorista. El problema es que Gobierno tras Gobierno se han dedicado a anteponer sus intereses puntuales de partido a lo que en realidad proponían los mandos del Instituto Armado. Ocurrió que en ocasiones no se detenía porque no interesaba a determinada estrategia política o negociación en curso, o lo contrario, que se aceleraban actuaciones porque al ministro de turno le venía bien presentarse ante la opinión pública como un político eficaz en la lucha contra ETA. Hace bien ahora Rubalcaba en dejar a la Guardia Civil hacer su trabajo. Se demuestra que la organización armada no entiende la tregua como entrega de las armas, sino como algo coyuntural o táctico mientras su brazo político intenta colarse en las elecciones. Los presuntos etarras detenidos ayer no habían disuelto su comando ni procedido a informar a las Fuerzas de Seguridad de su escondrijo. Estaban allí ocultos cual célula durmiente que vigila su arsenal de 200 kilos de explosivo, pistolas, detonadores, bombas, tornillería y lanzagranadas. Esperaban el momento y afortunadamente han sido cazados antes de hacer daño, gracias, una vez más, a la actuación eficaz y decidida de la Guardia Civil.