Comunidad de Madrid
Una red de alambre para evitar desprendimientos en la carretera
Las lluvias y las heladas han sido la tónica general de un invierno bastante desapacible en toda la Península. Una de las peores consecuencias, en lo que a seguridad vial se refiere, es el desprendimiento de rocas y arenisca en los taludes o terraplenes de los laterales de las carreteras. La Comunidad de Madrid acaba de finalizar los trabajos de mallado en la M-912 a su paso por Patones de Arriba. A tan sólo un mes desde el inicio de las obras de conservación del buen estado de la carretera, se han instalado 4.400 metros cuadrados de malla y alambre, 3.200 m2 de cable de acero, en 150 metros de tramo. Con un presupuesto de 200.000 euros, la red instalada resiste hasta 2,5 toneladas de peso. La primera fase consiste en el desbroce manual de la vegetación; se trata de arrancar las hierbas que crecen en el borde de los taludes para preparar la zona y hacer posible el trabajo de instalación de la red protectora. ConservaciónUnas labores a las que se dedican unos 250 profesionales, que sólo este año han realizado más de 70 actuaciones, y que forman parte de la obligación de conservación de las carreteras y que implica la correcta limpieza de las vías, el desbroce de la vegetación de los márgenes, que si no pueden ocasionar problemas de visibilidad, o la conservación y revisión del buen estado de los terraplenes y actuaciones concretas de seguridad como la llevada a cabo en Patones. «Desde la construcción se intenta que los taludes estén estables. Sobre todo cuando están compuestos por tierra, ya que la lluvia los puede arrastrar», explica Borja Carabante, director general de Carreteras de la Comunidad de Madrid.
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