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Reírse de la publicidad

La Razón
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¿Puede la publicidad reírse de la propia publicidad? Está claro que sí, y muchas veces tomarse a broma es una buena manera de intentar ser bien aceptado por los demás. La autoironía puede ser un buen camino para lograr credibilidad y los hipermercados Carrefour apuestan claramente por ella, con una serie de spots donde se ríen abiertamente de los habituales recursos creativos de la publicidad. Así, sus galletas no hacen «levantarse radiante por la mañana, saltar en la cama, correr con el perro, y desayunar todos los días con la familia de buen humor y sin legañas». Y con sólo comerlas nadie conseguirá ser «una mujer exitosa, muy atareada pero siempre hermosa», como muestran las pretendidas imágenes difuminadas e idealizadas de otros anuncios. El vendedor del hipermercado reconoce ante la cliente que «no sé, sólo son galletas para el desayuno»; mientras la compradora responde entonces alegre y sin inmutarse: «Genial, es lo que quería». El spot termina con un mensaje claro de marca blanca: el reducido precio de las galletas Carrefour.El hipermercado se burla así de los argumentos emocionales y muchas veces poco creíbles de los anuncios para resaltar una ventaja puramente racional, el precio. Pero con la agencia Publicis sabe hacerlo con humor y su propia dosis de emocionalidad, buscando la complicidad de los consumidores que deben buscar y comparar para decidir los productos que compran, como vuelve a invitar el resucitado para la publicidad Manuel Luque en una nueva campaña del detergente. La gente sabe que por mucho que en los anuncios se vean cocinas maravillosas de muchos metros cuadrados, familias felices y eternamente sonrientes, y efectos especiales para hacer los productos superapetecibles, al final se trata de evaluar la relación entre la calidad y el precio de cada uno. Y el precio adquiere más importancia que nunca en una época como la actual.El mérito de la campaña es tratar de salirse de los clásicos spots promocionales llenos de grandes números terminados en 99, y hacerlo además con una sonrisa. Aunque dudo que los spots les hagan mucha gracia a las marcas que se venden en el mismo hipermercado, y que con sus anuncios intentan diferenciarse aportando algo de magia, encanto, sentimientos y emociones a productos tan sencillos y cotidianos como las galletas o el aceite.